La hostelería sigue siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia del coronavirus. Salvo comercios de alimentación y de artículos de primera necesidad, el resto de establecimientos permanecen cerrados al público, ahogando a sus respectivos propietarios y responsables en un mar de dudas y lamentablemente, también de deudas. 

Sin embargo, y cambiando a una melodía más esperanzadora, durante la última semana hemos presenciado cómo el sector de la hostelería y sus principales actores han sido capaces de transformar ese estado de incertidumbre, en una movilización colosal de todos sus agentes. Empresas, asociaciones, restauradores, proveedores, e incluso clientes, ahora cantan al unísono para redefinir las reglas de juego de un sector que representa el 6,7 % de nuestro PIB.

 En tan solo siete días, han sido varias las iniciativas puestas en marcha para intentar sanear la complicada situación que atravesamos. Las redes sociales se han llenado de campañas de concienciación dirigidas tanto al público general, como a nuestros gobernantes; desplegadas a nivel local, como a nivel nacional e internacional. Propuestas desde la empresa privada y desde la Administración pública, y enfocadas tanto en el producto local, como en las garantías que requiere la industria. Iniciativas que en fin, comparten un más-que-noble objetivo en común: ayudar a nuestros profesionales.

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De hecho, los mismos chefs que durante los primeros días de cuarentena inundaban nuestros feeds con recetas #ParaHacerEnCasa, ahora han incluido otro tipo de hashtags. Unos con más cuerpo y de mayor envergadura, como el #UnoPuntoSiete impulsado por Makro, el #EnCasaConsumoCanario propuesto por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, y el #HastaTuCasa, diseñado por el área de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife. 

Los motivos de este gran movimiento de masas son muchos. No solo se debe al importantísimo 33 % que representan los sectores asociados a la gastronomía (agricultura, industria, distribución y hostelería) para la economía española. También creo necesario culpar al gran sentido de solidaridad que esta crisis ha logrado despertar entre nosotros, producto de que todos estemos siendo afectados por igual, en una situación sin precedentes.

Así que no se desanime, estimado lector, y recuerde que el coronavirus no ha sido la primera situación adversa por la que atraviesa la Gastronomía. Esta arte ha sobrevivido a muchas otras epidemias, crisis, revoluciones, malos gustos y hasta guerras mundiales. Siempre gracias a la universalidad del lenguaje gastronómico, y a la resiliencia que ostentan sus más grandes defensores. A todas esas maravillosas personas, GRACIAS TOTALES.

Ramón David Rodríguez
@RamónDavidRodríguez