«Fluyo sin planificar nada en exceso. Me dejo llevar y hago lo que siento en cada momento»

Fayna Pérez se formó en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Fernando Estévez de la capital tinerfeña y es, en la actualidad, una de las artistas más reconocidas de Canarias en el arte del maquillaje corporal o body painting, actividad artística que descubrió a los 13 años al maquillar el cuerpo de varias modelos en un desfile. Desde entonces, subraya, «me ha interesado mucho este mundo y, hoy por hoy, se ha convertido en una de mis grandes pasiones».

En la portada de FAMA la joven artista lagunera representa la alegría de vivir sobre un lienzo del pintor mexicano Luis Kerch, afincado en Teneife, al igual que también lo hace camuflándose en dos cuadros suyos. Sobre esta producción, apunta que la obra de Kerch inspira felicidad, pues «está repleta de jardines, flores, paisajes junto con abstracciones y manchas, siempre sin perder la perspectiva y con pinceladas que crean una realidad cargada de belleza». Añade que es una enamorada de sus creaciones y que cuando le propusieron hacer un bodypainting con esta temática lo único que imaginó fue fundirse desnuda camuflando cuerpo y alma en su pintura.

Con esta idea, destaca que «en estos tiempos marcados por un manto gris de dolor, crisis y tristeza propongo que cada uno escoja su pincel y empiece a pintar su realidad con color de una manera más positiva y que aunque siga lloviendo hagamos todo lo que esté en nuestras manos para aparcar la sociedad de la exclusión para que impere la corresponsabilidad existencial».

Confiesa que siempre le atrajo la posibilidad de utilizar el cuerpo humano como un medio para expresar el arte, utilizando la piel humana como lienzo y el cuerpo como soporte vivo de la obra. En este sentido, dice que todavía hay que superar barreras y limitaciones al ser una técnica algo atrevida, pero que para quienes lo realizan supone una «liberación corporal y mental».

El arte del body painting o pintura corporal se originó en tiempos anteriores a la Prehistoria. Fue una de las principales formas de expresión artística de los seres humanos. Servía para definir la identidad de la persona o la pertenencia de esta a un grupo. En la actualidad, en las sociedades occidentales la pintura corporal se practica como una finalidad lúdica y decorativa, organizándose varios festivales importantes, como el World Body Painting Festival, en Austria, o el International Body Painting Contest, en Bélgica.

Matteo Arfanotti, Sanatan Dinda, Kay Pike, Johannes Stoetter, Mimi Choi, Miguel Ángel y Jörg Düsterwald son sus referentes, aunque siente especial predilección por Arfanoti (campeón del Mundo) y Choi (reina del maquillaje surrealista en tres dimensiones).

Fayna Pérez señala que no tiene un estilo definido y que siempre está aprendiendo técnicas nuevas «que me sirven para abarcar un mayor abanico de posibilidades». Así, afirma que se considera una persona inquieta y que por eso experimenta continuamente para crecer y desarrollarse como artista.

En cuanto a la realidad del body painting en Tenerife y resto de Canarias, afirma que está en crecimiento, «aunque todavía falta mucho camino por recorrer». Eso sí, asevera que quienes «lo trabajamos estamos haciendo todo lo posible para que el arte corporal sea útil en campos como en la publicidad, los festivales, la música y el marketing».

Localización / Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife
Obra / Tríptico de Nava y Grimón (1546)

Face painting

Una de las creaciones más celebradas de Fayna Pérez es el face painting, en la que utiliza su cara como lienzo para crear diferentes criaturas y practicar la ilusión óptica. Las realiza mediante un juego de luces y sombras intentando que la realidad se perciba de forma distorsionada. Además, acarrea la dificultad del automaquillaje, el cual, incluso, requiere utilizar la mano no diestra.

Para no dañar la piel se utilizan materiales hipoalergénicos preparados para trabajar sobre la piel. «Siempre es importante trabajar con materiales de calidad para evitar cualquier daño en el cuerpo, como también lo es limpiar muy bien la piel antes y después de la aplicación del maquillaje. A la hora de retirar el maquillaje es indispensable utilizar cremas hidratantes que permitan que la piel descanse y se recupere», especifica. También, en ocasiones, emplea otros materiales como pan de oro.

Dependiendo del proyecto que se vaya a realizar se puede tardar desde dos hasta siete horas en pintar un cuerpo, un trabajo que implica mucho esfuerzo y dedicación para después tener que retirarlo. Por eso, explica la artista tinerfeña, «la labor de un fotógrafo es igual de importante que la de un bodypainter ya que su dificultad es captar una buena instantánea donde se recojan todos los detalles del trabajo realizado».

La pintura de murales, retratos, hiperrealidad e, incluso, la escultura también forman parte de la producción artística de Fayna Pérez. Y en todas, indica (tampoco descarta el tatuaje), se siente cómoda: «Disfruto mucho de lo que hago intentando siempre aprender y mejorar cada día. Me dejo llevar por lo que siento. A veces me apetece pintar en un muro y otras veces prefiero mancharme las manos de barro… Fluyo sin planificar nada en exceso. Me dejo llevar y hago lo que siento en cada momento».

Imparte, además, docencia en cursos sobre body painting, pues crece el número de curiosos que quieren experimentar el arte sobre la piel.

Micropigmentación paramédica, oncológica y estética

Por otra parte, como ya dejó patente en el número 141 de FAMA, compagina esta actividad con la micropigmentación paramédica y oncológica, de la que solo tiene palabras de agradecimiento: «Como profesional, es el tratamiento más satisfactorio que puedo realizar. Provocar una sonrisa o ver llorar de felicidad y satisfacción a mujeres con problemas de cáncer es lo más gratificante que he hago en mi vida y eso hace que me sienta orgullosa y ame cada vez más mi profesión. Intento ayudarlas a sobrellevar la enfermedad recuperando su autoestima y su belleza natural. Aporto un granito de arena para que puedan volver a sentirse bien».

La micropigmentación oncológica es un tratamiento que ayuda a paliar traumas psicológicos. Con esta técnica se logra redibujar las cejas, según las facciones, para que el rostro recupere la expresividad en la mirada. También se utiliza para reconstruir el complejo areola/pezón y para camuflar todo tipo de cicatrices después de una reconstrucción.

Asimismo, la micropigmentación paramédica abarca mucho más y se utiliza para cubrir todo tipo de cicatrices, camuflaje de vitíligo… Mientras que en la estética se reconstruyen cejas, se embellecen labios, reequilibran miradas… «Es una profesión que nos exige tener mucha empatía y ser muy éticas y profesionales. Cuanto más natural sea el resultado, lograremos que la clienta olvide el trauma o el problema sufrido».

Cantar es otra de las habilidades de esta creadora a quien le gusta innovar e involucrarse en causas solidarias y proyectos novedosos. Ha cantado alguna vez con grupos, aunque confiesa que quien se dedica al canto es su hermana, «una artista maravillosa con una gran voz».

Fayna Pérez vive en Punta del Hidalgo. Huye de la ciudad, en la que trabaja, para perderse en el mar o en la montaña. Vida.


Texto: Cristóbal Lugo
Fotos: SuAr
Lienzos: Luis Kerch