Las ganas de acercarme a la cocina tradicional creativa de Nacho Solana fue la mejor excusa para sentarme en su comedor y degustar los sabores claramente reconocibles de este chef de Santa Cruz de Tenerife que asentó su vocación en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid, para luego forjarla junto a Arzak, Martín Berasategui y Ferrán Adriá. Entonces conoció a Erika Sanz y tras pasar, entre otros fogones, por el Tablón de la Canela o el Condal Peñamil de Mónica Rumeu y Fachi Zamorano, la pareja inició aventura gastronómica propia en la calle Pérez de Rozas. Y llegaron la excelencia, el reconocimiento y un contratiempo estructural que dio paso a la apertura del nuevo Solana en la calle Puerta Canseco, una propuesta urbana canaria (CUC) en la prolongación de Ramón y Cajal (ahora cerrado) y la hamburguesería gourmet (sQuina) en la calle del Pilar con Méndez Núñez (las hamburguesas de cochino negro son una delicia).

«Gusto cien por cien, armonía y una albóndiga de pámpano en salsa de bogavante que recuerda agrados de hogar y familia»

La visita, regada con un rico blanco alemán semidulce (Liebfraumilch), sorprende al inicio con cotufas en aceite de trufa, croquetas y un sorbete de melón. Se abre el apetito y unos nigiris fritos con salmón marinado y reducción de maracuyá dan paso a un consomé gelé con trufa. La experiencia atrapa y evoluciona hacia unos dátiles con bacon y una ensalada de bacalao con cereza y vinagreta de pistacho. El chef despliega encantos, seduce y atrae, también, con un huevo a 63 grados, puré de habichuela y jamón ibérico, antesala de un pulpo frito con cebolla confitada, espirulina, pimentón y espuma de papa. Gusto cien por cien, armonía y una albóndiga de pámpano en salsa de bogavante que recuerda agrados de hogar y familia.

Nacho Solana ultima la fiesta gastronómica con una suave paletilla de cordero lechal que fascina con el toque ácido del níspero. ¡Magnífica! Y nos vamos a los postres con un coulant de chocolate con helado de vainilla y una sopa de papaya y manga. Gracias, chef. Volveremos.