Reinventar el concepto del lujo en turismo es algo que el Hotel Botánico del Puerto de la Cruz siempre ha sabido hacer con éxito. Estar en el top ten de los grandes hoteles de Canarias es un reto que ha sabido cumplir y mantener.

En su oferta gastronómica valoramos que prime el género local gracias a una huerta ecológica del Grupo Loro Parque (Finca Las Quinteras) que surte de productos de primera calidad, controlados y certificados.

Acompañada y asesorada por Gustavo Escobar, director del Hotel, y Kika Luczak, directora de ventas y marketing, disfruté de unas experiencias únicas, como el desayuno en el restaurante Palmera Real, junto a la piscina, con una terraza renovada y rodeados de naturaleza, paz y tranquilidad. La oferta es completa y equilibrada con frutas, zumos naturales, aguas, cocina caliente, panadería y un gran despliegue de productos locales, frescos y sabrosos. Autenticidad, identidad y personalización.

En el Botánico también se cuida la repercusión que la alimentación tiene en la salud. Así nació el programa Slim & Wellness a través de diferentes tratamientos y circuitos en su maravilloso Spa, acompañados por un menú Slim que nos ayuda a adelgazar y mantenernos en forma.

«Un tándem perfecto que no dejó de seducirnos con un menú sabroso»

Otro plato fuerte es el restaurante Il Pappagallo, que tiene dos ubicaciones: una en primavera-verano, en la terraza exterior y con vistas al mar y al Puerto de la Cruz, y una segunda en invierno, con una decoración de marcado estilo mediterráneo con muros de mampostería, tonos blancos y azulados y sillas de mimbre.

La cocina, abierta, está al mando del chef Giogio Girolimni (antiguo cocinero y propietario del conocido restaurante La Rosa di Bari), sin duda, un gran fichaje. El asesoramiento en la sala vino de la mano de Francisco Martínez, que no falló en la elección de los vinos. Un tándem perfecto que no dejó de seducirnos con un menú sabroso: gambas con queso parmesano y un sublime ravioli relleno de setas a la crema de Tartufata, lleno de finura y sabor. Y como broche final, chuletillas de cordero con peperonata pugliese. Muy sabrosas.

Los postres: un surtido de lo más rico y delicioso: panacota, un fantástico Tiramisú y un coulant de chocolate acompañado de helado.

Los vinos que acompañaron fueron: Viñátigo Marmajuelo (Ycoden Daute- Isora), un Marba blanco seco (Tacoronte Acentejo) y un tinto Tajinaste Vendimia Seleccionada (La Orotava). Todos, ideales.

Tajinaste Vendimia Seleccionada 2018

El vino Tajinaste Vendimia Seleccionada de Finca La Perdoma, en La Orotava, solo se elabora en años excepcionales. Es un vino tinto de gran densidad, redondo, con un equilibrio acertado entre su estructura y su profundidad. Rinde homenaje al gran potencial de la variedad Listán negro.

Nota de cata / Gran intensidad de color. Conserva reflejos violáceos. Destaca por un complejo abanico de aromas con notas dominantes de frutos rojos pacificados hasta café y cacao, ensambladas con recuerdos de especias tales como el clavo, el regaliz y la pimienta negra, fundidas con un elegante envejecimiento en roble francés. Gran densidad, un vino redondo, con un equilibrio acertado entre su estructura y su profundidad.

Maridaje / Carne roja, boletus y quesos maduros. Se recomienda decantar.