«El fin no justifica los medios. Debemos respetar la vida de todos los seres vivos»

Binter Canarias daba cobertura en 2016 a los traslados de ratones knock out (KO) desde Estados Unidos hacia Tenerife. El destino, el Animalario de la Universidad de La Laguna. ¿Para quién? Para el personal investigador que trabaja bajo una subvención de 2.5 millones de euros que vienen del Consejo Europeo de Investigación.

Entonces, Bristish Airways, Air Europa e Iberia se negaron a realizar esos traslados, generando un antes y un después en el tema de la vivisección o experimentación animal. Pero no es el primer hito en este tema. A lo largo de la historia podemos comprobar como la experimentación animal va perdiendo adeptos, incluso, entre las filas de la comunidad científica.

Un laboratorio de experimentación animal puede tener animales mayores y menores. El Animalario de La Laguna alberga más de tres mil animales de tamaño menor: ratones, ratas, sapos, conejos…Y también experimenta con cerdos. Abastece a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que también cuenta con un animalario de animales medio-grande, al Hospital Universitario de Canarias y al Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. Las instalaciones son grandes, luminosas y limpias. No obstante, mantengo firmemente que la experimentación me parece muy cuestionable. Más del 80 % de lo que se hace no es necesario. Podríamos cambiarlo por maniquíes de látex o reproducciones virtuales, células humanas y animales, tejido humano, algas y hongos, programas de ordenador, maniquís de resina, uso de microcámaras…

A los animales se les induce enfermedades. Un ratón no es diabético, se le provoca la diabetes. No es ética la amputación de cuerdas vocales, la omisión de anestesia, electrocuciones, quemaduras, envenenamiento, inanición voluntaria, privación del sueño, irritación de ojos…

Definitivamente, el fin no justifica los medios. Debemos respetar la vida de todos los seres vivos.