A pesar de que en cuanto se nombra pensamos en un color, el granate es una piedra de interés gemológico de la que existen seis especies diferentes: Piropo, Grosularia, Almandino, Uvarovita, Andradita y Espesartina.

Como color habitual y formando maravillosas piezas de joyería tenemos el rojo, unas veces más carmín, otras más morado, burdeos, tirando a naranja y siempre asociado a joyas antiguas. Lo que poca gente puede imaginar es que existen granates, no muy extendidos, que debido a sus composiciones químicas nos ofrecen colores de fantasía que, a simple vista, se podrían confundir con esmeraldas o turmalinas. Como es lógico se emplean para joyas de alto valor montadas en oro o platino. Uno de estos granates muy apreciados, la Tsavorita de color verde intenso, muy similar al de la esmeralda y muy popular en Estados Unidos, se encontró en 1975 en Kenia y alcanzó en poco tiempo una altísima cotización por su rareza y belleza. También sobresalen los escasos ejemplares del granate de color rosa muy claro encontrados en México y que se denominan Rosalita.

No terminaremos sin mencionar al granate Demantoide, de un verde muy especial, y la Topazolita, que se nos muestra en muy pocas ocasiones y con un peculiar tono amarillo.