Iban García-Sanjuan nació en Santa Cruz de Tenerife el 15 de septiembre de 1973, el día que México celebra su independencia. Es el segundo hijo del entrañable y recordado empresario tinerfeño Pedro García-Sanjuan y de Carmen Machado. Comparte filiación con Sandra («la celebrity de la casa»), Borja, Pedro, Boris y Paola.

A los 16 años marchó a estudiar a Estados Unidos y desde entonces sus viajes a Canarias son de carácter vacacional. Estudió Ingeniería Civil en la Universidad USC de Los Ángeles y tras un breve paso en la empresa familiar se trasladó a Barcelona en 1996 a cursar el MBA de Esade. Luego trabajó en el Banco Central Hispano y, con posterioridad, en el Deutsche Bank entre Barcelona y Frankfurt.

En aquella época alternaba el trabajo de ejecutivo de banca con la alta competición de vela. Fue campeón de España de láser, subcampeón de tornado y campeón del Mundo de cruceros (50 pies). Además, formó parte de la tripulación del CAM durante varios años, ganando la Copa del Rey junto al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

En 2004 inició un proyecto inmobiliario en San José del Cabo en Baja California (México) asociado a su amigo de la infancia, Enrique Iglesias. Comenzó, entonces, una aventura que cambió el curso de su vida: «Cuando llegué en 2004 me encontré con un sector inmobiliario high-end o de gama alta consolidado y en etapa de expansión. No dudé en quedarme para acometer el desarrollo de Alegranza Residencial Resort, un conjunto turístico residencial de 95 apartamentos de lujo que, en la actualidad, operamos como apartahotel».

Y en San José conoció a su mujer, Maren Figaredo. Con ella tiene a Iban (6 años) y a Marena (4 años). ¿Es la familia su mejor inversión? «Ja, ja, ja… Por supuesto… Mi padre nunca dejó de decir que su mejor inversión fue haberse casado con mi madre. Este amor incondicional también lo aprendí de él. Maren es mi media naranja, llevamos diez años juntos y hemos formado una familia preciosa de la que me siento súper orgulloso. Tenemos muchísimas cosas en común: surfea, es muy deportista y le encanta el mar y viajar. Es una súper madre y compagina la casa y familia, ayudándome con el interiorismo y el landscaping de algunos proyectos. Dicen que Ibancito es mi clon. Es súper deportista y aventurero. Desde que tenía apenas un año y ocho meses ya surfeaba conmigo en Tavarua Rights. Y con Marena se me cae la baba. Tiene una carita y unos ojitos azules de cuento. Me va a sacar las canas…».

«Maren es mi media naranja, llevamos diez años juntos y hemos formado una familia preciosa de la que me siento súper orgulloso»

¿En qué le ha cambiado la paternidad? «Tener hijos es fácil, pero ser buen padre exige muchos sacrificios y responsabilidades. Yo me considero un padre bastante presente. Sin ninguna duda soy mucho más prudente, menos arriesgado en todos los aspectos, tanto profesionales como en mis viajes de deportes extremos. Si hubiera sido padre en mi etapa en Barcelona nunca me hubiese atrevido a acometer la aventura de venirme a Los Cabos. También puedo confesar que la paternidad me ha hecho mucho más sensible y llorica, igual que mi padre que se emocionaba con la música del Telediario».

¿Qué le gusta en especial de San José? «El contraste del mar con el desierto, lo virgen que aún son sus costas, el clima cálido todo el año y las oportunidades de negocio. Desde un punto de vista profesional es relativamente fácil prosperar, manteniendo una calidad de vida muy difícil de superar. A pesar del crecimiento que estamos viendo, todavía hay muchísimas oportunidades en el ramo inmobiliario y hotelero, y en otros sectores como es el consumo, energía y retail, ya que este crecimiento ha traído consigo una explosión demográfica sin precedentes. Hay que trabajar duro, ser espabilado y entender la idiosincrasia del mexicano».

¿Desarrolla otras actividades aparte de la que ya tiene en Alegranza? «Sí. Compagino esta promoción inmobiliaria con la construcción (Nogasa), la comercialización inmobiliaria (Remax Cabo Sanctuary), hotelería (Alegranza Vacations) y turismo de aventura (Rancho Carisuva)».

«Llevo más de 18 años viviendo en Los Cabos. Tengo doble nacionalidad, pero el acento canario no lo he perdido»

El resort Alegranza lo construyó en sociedad junto a su amigo Enrique Iglesias. Luego le compró su parte. ¿Cómo gestó esta amistad? ¿Suelen verse? «Enrique es un gran amigo. Nos conocimos de niños en los veranos de Marbella. Luego, cuando estudiaba en Estados Unidos, pasaba algunas vacaciones en su casa de Miami. Forjamos una amistad muy estrecha, que continuamos cultivando ahora con nuestras familias. Cada vez que tiene un concierto en Los Ángeles me acerco a verlo o él baja a Los Cabos».

¿Se parece en algo el modelo turístico de Los Cabos con el de Canarias? «Los Cabos es mucho más pequeño que Canarias. Tiene unas veinte mil habitaciones hoteleras, siendo la mayor parte de ellas del segmento de lujo, mientras que Canarias, según tengo entendido, supera las 125 000 habitaciones. Los Cabos desde el principio apostó por el turismo high-end, diferenciándose por sus hoteles de súper lujo, extensa oferta de campos de golf de calidad mundial y excelente pesca deportiva. Alrededor de estos ejes ha ido creciendo y manteniendo el nivel de calidad turística, consiguiendo mantener las tarifas hoteleras más altas de Latinoamérica. En Canarias se ha apostado por un modelo de turismo de masas, de sol y playa, aunque en las últimas décadas se ha conseguido complementar y diversificar con ofertas culturales, deportivas, turismo de aventura y hoteles de gran lujo, consiguiendo atraer a segmentos de mercado más sofisticados, que pueden dejar mejor derrama. La ventaja que tendría los Cabos es que en épocas de crisis el cliente high-end no deja de viajar».

Al igual que su hermana Sandra, ha encontrado la prosperidad fuera de Tenerife. ¿La Isla se le quedó pequeña? «No lo veo así. En mi caso surgió por mi espíritu aventurero y por querer conocer otras culturas y lugares. Lo que sí es cierto es que en Canarias es más difícil crear nuevos negocios que en Latinoamérica por el simple hecho de que es un mercado muy maduro y, quizás, extremadamente regulado. No obstante, no descarto hacer algo en Tenerife. Así tendré la excusa de pasar temporadas más largas de semiretiro. Ja, ja, ja…».

«El surf es una forma de desconectar de los problemas y rutinas del trabajo. Me da muchísima paz»

El surf le apasiona. Supongo que las buenas olas de Los Cabos es otra razón de peso para quedarse… «Sin duda. El mar, las olas, el clima y las oportunidades de negocio me hicieron probar suerte en este lugar. Mis hobbies siempre han sido deportes muy vinculados con el mar: vela, surf, kitesurf, pesca submarina, heli-skiing… En principio, la idea era hacer un proyecto inmobiliario por unos cinco años y volverme a España. Con el paso del tiempo diversificamos los negocios con la constructora, la inmobiliaria, hotelería… Y conocí a mi mujer Maren, por lo que las raíces se terminaron de amarrar a buena tierra».

¿Qué tiene el surf que engancha para siempre? «Nos hace soñar en que aún nos mantenemos jóvenes… Para mí es una forma de desconectar de los problemas y rutinas del trabajo, y conectar con el medioambiente y el océano. Unos encuentran este estado de relajación mediante el yoga o la meditación. Yo lo encuentro yendo todas las mañanas al agua. Además, consigo hacer ejercicio. Me da muchísima paz».

Quienes practican surf suelen viajar por todo el Mundo en busca de olas. ¿Es su caso? «No todas las personas que practican surf tienen esa suerte. Algunos por limitaciones económicas y otros por pensar que su playa es la mejor del Mundo y no necesitan conocer otra. En mi caso, viajar me apasiona y si, encima, es un viaje de surf con amigos o en familia, pues mucho mejor. En Canarias hay muy buenas olas, también en Los Cabos, pero en ambos lugares ya hay mucha gente en el agua. Coger olas está muy competido. Se trata de buscar calidad de olas y, sobre todo, lugares donde haya poca gente. Mi sueño es estar en el agua con cuatro amiguetes, sin necesidad de neopreno surfeando olas perfectas. Por eso viajo a lugares como las Mentawai, Islas Telos, Islas Banyak, Fiji…».

El año pasado falleció su padre, una persona muy querida y reconocida socialmente. ¿Qué aprendió de él? «De mi padre aprendí muchísimo, pero no lo suficiente. En nuestra casa heredamos de él, en diferentes medidas, el espíritu emprendedor, a luchar ante las adversidades, a aprender de los fracasos y, sobre todo, la importancia de la familia. Me encantaría tener su don de gente, carisma, su genialidad y su avispado sentido del humor. Mis hermanas, hermanos y yo no le llegamos a la suela del zapato en estos aspectos. No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Tras la muerte de mi padre me di realmente cuenta de la dimensión y trascendencia que tenía».

Navidad 2021.

La familia se reúne ahora en torno a su madre. ¿Cuándo y dónde suelen hacerlo? Juntarles no será fácil… «Mi madre, Carmencita, es el pilar de toda la familia. Es una mujer espectacular, incansable, cariñosa, alegre, extremadamente generosa y súper abuela. Le debo todo en la vida. Celebró las bodas de oro con mi padre en marzo de 2021 y él falleció dos meses más tarde. Ahora toca arroparla. Viaja bastante para visitarnos: a Madrid donde vive Sandra y Paola, a Marbella durante los veranos de Starlite y a Los Cabos en otoño y Navidades. No es difícil convencerles de que vengan, más bien todo lo contrario. Ja, ja, ja… Tenemos que restringir fecha de llegada y de salida por lo bien que lo pasan aquí: planes de surf, mountain bike, excursiones en barco, playa, sol…».

¿Qué opina de las críticas del presidente mexicano, López Obrador, a España? «No hay que darle mayor importancia. Son globos sonda y distracciones políticas para no tener que hablar de los verdaderos problemas del pueblo mexicano. Así es la política. En México se quiere mucho a España. Somos como primos hermanos. Lo que dijo el presidente en su momento no ha cambiado en absoluto la percepción que se tiene de España. Todo lo contrario. Sus palabras generaron muchísimo debate y consiguieron enaltecer aún más la encomiable labor y logros de los hombres y mujeres que han emigrado a México, así como el increíble legado cultural que se heredó».

«Mi padre nunca paró de decir que su mejor inversión fue haberse casado con mi madre»

Supongo que para usted México ya es su primera casa y que se siente muy querido… «Así es. Ya llevo más de 18 años viviendo en Los Cabos. Tengo doble nacionalidad, pero el acento canario no lo he perdido. Ayuda mucho el hecho de que Maren es de aquí. Los Cabos es pequeño para lo bueno y lo malo. Es muy fácil conocer a gente, socializar y mantener buenas amistades, pero hay que portarse bien. Como dice el refrán: “Pueblo chico, infierno grande”».

¿Qué observa más preocupante en la realidad socio-política de México? «No entiendo mucho de política y no me gusta opinar sobre ella. Las cosas en México a nivel de política económica no están nada mal. Si bien es cierto que el desequilibrio socio-económico no es sostenible a largo plazo. Pero eso es otro asunto. Lo que a mí realmente me preocupa son los efectos perniciosos que las redes sociales están teniendo sobre la sociedad a todos los niveles. El pensamiento social, en general, se está bipolarizando con mucha intensidad. Ahora, sobreabundan especialistas en política, economía… y se autolegitiman para dar opinión y juzgar. Hay muchísima desinformación. Esto pasa en México, Estados Unidos, España y resto del Mundo».

¿La migración hacia el primer mundo es uno de los grandes problemas del tercer milenio? ¿Cómo analiza este escenario especialmente sensible en México? «Es un tema muy complicado. No tiene fácil solución, pero, tampoco, se puede mirar hacia otro lado para no ver las calamidades que están sufriendo miles de personas que lo único que buscan, poniendo en riesgo sus vidas, es ofrecer una vida digna a sus familias. Pasa en Canarias, en el Mediterráneo y también ocurre en la frontera de Estados Unidos con México. Estados Unidos ha adoptado una posición que le ha funcionado muchos años: las campañas de “Quédate en México” activan subvenciones para impulsar programas de incentivos que generen empleo en origen. De aquí surgen las maquiladoras».

EL CURIOSO IMPERTINENTE

¿Lo mejor de su hogar? «Mi mujer».

¿A qué diría sí sin pensarlo? «A lo que me pida mi hija Marena».

¿Qué ola del Mundo es la que más le gusta para surfear? «Cloudbreak (Fiji)».

¿Qué necesita para ser feliz? «Estar cerca de mi familia».

¿Una asignatura pendiente? «En un año sabático dar la vuelta al Mundo en velero con mi familia».

¿De qué le aburre hablar? «De política».

¿A qué le tiene miedo? «A envejecer».

¿De qué es más fácil convencerle? «De viajar».

¿Qué virtud es la que más valora? «La sencillez».

¿Con qué defecto se muestra más comprensivo? «Con la timidez».

¿Después de la muerte? «Espero reencontrarme con mi familia».

¿Alguna manía? «El orden».

¿Día de Todos los Santos o Halloween? «Día de Muertos (México), el cumpleaños de mi padre».

En el amor… «Sobran las razones».

¿Un lujo confesable? «Desayunar todos los días en casa con mi mujer y tener la oficina en casa».

¿La mejor decisión que ha tomado hasta la fecha? «Venir a Los Cabos».

¿Es supersticioso? «No, pero por si acaso no juego al 13».

¿Qué no falta en su armario? «Bañador y sandalias (cholas)».

¿Lo peor de ser empresario? «Los problemas duermen y viajan contigo».

¿Qué es el éxito? «Una medalla que te otorgan terceros».