Texto / Ángel Panero – Fotografía / SuAr

José Acosta fue modelo durante más de una década para las firmas Armani y Dolce & Gabanna. Ahora, a sus 42 años, se dedica a confeccionar trajes de novio a medida.

2003 marcó el inicio de su aventura en el mundo textil ya que fue cuando, tras formar parte de una agencia de modelos, dio el salto a las pasarelas internacionales: «Primero me fui a vivir a Milán, donde trabajé para grandes marcas. Después me trasladé a China, desfilando en varias ocasiones en la China Fashion Week».

Aunque ha pasado parte de su vida en varios continentes, nunca ha faltado en su mochila la querencia a su tierra. Por este motivo, en 2012, ya centrado en Pekín en el diseño y la confección, y un poco más alejado de las pasarelas, hizo el rebranding de su marca (José Acosta Style) con la simbología del Teide. «Siempre tuve en mente volver a Tenerife. A principios de 2018, junto con mi mujer, a la que conocí en China, tomé la decisión de regresar a Canarias», subraya.

Acosta estudió Fisioterapia que, según explica, le sirvió para «entender a la perfección el cuerpo humano, fundamental para realizar la sastrería a medida».

«El diseñador presenta un discurso responsable con el medioambiente gracias a unas prendas sostenibles que no solo puedan usarse el día de la boda»

Instalado ya en la capital tinerfeña, empezó a desarrollar en plenitud su proyecto. Así, señala que hace trajes a medida para novios «que están ilusionados y que quieren llevar algo especial y que les represente». La moda es una forma de expresión y por ello el diseñador busca conocer perfectamente a cada cliente para que la confección que realice no solo se adecue a su talla, sino también a su personalidad: «Antes de tomar medidas me siento con él y hablo para conocerle en profundidad. Consigo que el novio vaya cómodo el día de su boda y no disfrazado como sucede muchas veces».

Se siente, apunta, como una especie de psicólogo que busca entender la historia de cada persona y, también, empatizar con sus posibles inseguridades o complejos para que, de esta forma, se exalte solo lo positivo de cada uno de ellos en el resultado final.

Pese a ser sastrería a medida no cuenta con unos precios excesivamente altos. De esta manera, casi cualquier persona se lo puede permitir. Sus trajes se mueven en una horquilla de cuatrocientos a ochocientos cincuenta euros. Ofrece máxima calidad en los tejidos y la perfección en cada costura. Presenta, además, junto a su equipo, un discurso responsable con el medioambiente gracias a unos trajes sostenibles que no solo puedan usarse el día de la boda y queden en el fondo del armario. Trata, en definitiva, que la prenda sea lo más versátil posible.

Para el futuro busca llegar a más personas estableciéndose en otros puntos del Archipiélago e, incluso, en la Península. Planea, también, sacar una colección de Pronto Moda para que cualquiera que lo desee, sin presupuestos elevados, pueda disfrutar de trajes hechos con calidad y buen gusto.