Las ojeras dan un aspecto de cansancio e, incluso, tristeza, lo que muchas veces no es coherente a lo que sentimos. Por ello, siempre se agradecen los ojos iluminados, sin sombras.

Hay distintos tipos de ojeras: oscuras, hundidas y azuladas. Y la infiltración exacta y cuidadosa del correcto tipo de ácido hialurónico (AH) en la zona siempre da beneficios.

El AH hidrata, ilumina y rellena de inmediato, pero, además, es como si colocases un magnífico contorno de ojos dentro de la piel. El procedimiento es sencillo, no es doloroso y da resultados inmediatos. Una buena prueba diagnóstica para saber si puedes beneficiarte del AH es la siguiente: coge un espejo y obsérvate en reposo y, luego, fuerza una sonrisa. Al sonreír tus pómulos suben y, entonces, te verás más o menos favorecida. Si te ves mejor, podrás beneficiarte del tratamiento y descansarás la mirada.