La exfoliación de la piel es una ayuda fundamental para mantenerla sana. La exfoliación física o mecánica podemos realizarla en casa con scrubs, que son productos que contienen unas micropartículas que al masajearlas sobre la piel húmeda arrastran residuos y, a la vez, estimulan mecánicamente a la piel. La exfoliación química se realiza con tónicos, cremas o mascarillas.

Como tratamientos más especializados en consulta realizamos microdermoabrasión, peelings químicos o, incluso, mi mejor opción, la combinación de ambas exfoliaciones con el hidralift, tratamiento que realizamos en nuestra cabina de estética médica avanzada y que consigue, en la misma sesión, una exfoliación física y química a la vez.

Recomiendo la exfoliación física en casa diariamente ya que tiene varios efectos imprescindibles para mantener la piel sana. Y una piel sana es sinónimo de una piel bonita.

  1. Ayuda a eliminar el sebo, queratina, restos celulares y residuos acumulados.
  2. Disminuye el riesgo de sobrecrecimiento del ácaro que forma parte de la flora normal de la piel pero que al desarrollarse en exceso contribuye al desarrollo de las pieles sensibles, intolerantes y reactivas.
  3. Contribuye a la renovación celular.
  4. Prepara la piel para poder recibir principios activos terapéuticos y que estos sean mucho más efectivos, como, por ejemplo, el retinol.

Mi consejo es que comiences desde ya a añadir la exfoliación en tu ritual de limpieza. Verás cómo tu piel luce más bonita. Comienza con un exfoliante delicado con el que realices a diario un masaje circular de veinte segundos en cara, cuello y escote.