Con la crisis sanitaria aún presente la vivienda se ha convertido en un refugio seguro. Es nuestro espacio de convivencia, trabajo, ocio, deporte… Adaptarla ha cobrado interés en los últimos meses. Alternar tareas en las estancias que disponemos, así como poner en valor otras infrautilizadas, ha impulsado el uso de la imaginación. Una máxima en toda esta búsqueda es el confort. O sea, sofá confortable, mesa amplia, vestidor ordenado, sillas cómodas, lugares de lectura, camas nido, sofás cama, cortinas… Al tiempo, le hemos dado un valor menor a lo superfluo. Seguro que, en general, esto puede aplicarse a muchos campos de nuestra vida…