«Si los esposos no vivieran juntos, los buenos matrimonios serían más frecuentes»

F. Nietzsche

No sé quién eres, no sé cómo te llamas, no sé si existes joven desconocida…

«Posiblemente…».

Veo que no le temes a las serpientes y que te gustan las joyas…

«Vas bien. He vivido temporadas en África. Allí tuve un amor».

¿Y qué pasó con él?

«Se fue, pero con él aprendí a vivir con una serpiente corredora».

A lo mejor la serpiente espantó la relación…

«Aguanté poco tiempo, era un ménage à trois…».

¡¿Un qué?!

«Un triángulo amoroso. ¡El bicho dormía con nosotros!»

¡Uff! ¿Y ahora con quién duermes?

«Bueno… Me he casado».

¡Felicidades! ¿Se puede saber con quién?

«Lo conoces. Vive en Bélgica».

¿Y tú? ¿Aquí?

«Voy y vengo».

Los encuentros serán apasionados…

«Ja, ja, ja… No están mal…».

¿Y a qué te dedicas mientras estás en Tenerife?

«Diseño joyas. Luego, se montan en Bélgica».

Ja, ja, ja… Eso, eso… ¿Y cuál es el oficio y beneficio de tu marido?

«Es domador de leones. Le conocí en un vuelo de Kenia a Roma».

¡¿Ehh?! ¿Me tomas el pelo?

«Nooo… Aunque ya está retirado. Ahora adiestra gatos en Dubai».

Ja, ja, ja… Si tú lo dices… Parece todo tan irreal…

«Como los tiempos que corren, Úrsula…».

O no, querida amiga…

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