El Tech Neck es un término que hace referencia al daño que producen los dispositivos electrónicos en el cuello, tanto a nivel de salud postural (dolores de cuello, contracturas, tendinitis, cefaleas…) como a nivel estético. A raíz de la mayor práctica del teletrabajo, las horas delante de un dispositivo han aumentado y están provocando que aparezcan signos de envejecimiento en personas jóvenes (20-40 años).

Algunos estudios asientan que las personas usuarias del móvil agachan la cabeza una media de 150 veces al día, lo que provoca que la piel del cuello se pliegue y aparezcan finas arrugas como collares. Además, se pierde tensión en el tercio inferior del rostro acentuándose la papada y las arrugas, las conocidas Líneas de marioneta.

Otros efectos negativos de los dispositivos electrónicos sobre nuestra piel es la conocida luz azul. Usada en su justa medida es antiinflamatoria en dermatitis y acné, pero en exceso altera la síntesis de colágeno y estimula la melanina, lo que se traduce en un mayor envejecimiento y predisposición a manchar, sobre todo, las pieles más morenas.

Busquemos la solución

Lo primero para combatir el Tech Neck es corregir la postura. Para lograrlo, los dispositivos deben quedar a la altura de la cabeza. El cuello, entonces, estará extendido y no inclinado. También es conveniente hidratar el cuello con cosméticos específicos y con constancia, y protegerlo del sol y de las radiaciones con protectores solares de filtro físico (van bien los protectores con color).

Aconsejo, asimismo, realizar tratamientos médico estéticos que ayuden a redensificar la piel. Se trata de no dejarla tan vulnerable a las marcas que dejan los cambios posturales. Me encantan los resultados de la mesoterapia y la radiofrecuencia médica.