La primavera se va acercando y, con la llegada del buen tiempo, también podemos disfrutar de las bodas propias de esta estación. Las novias que vayan a casarse este año están de enhorabuena, porque nos encontramos con la temporada más variopinta y ecléctica que hayamos visto nunca.

Para empezar, se acaba la hegemonía de los tonos blancos, dando paso a colores pastel, tales como los rosas palo, porcelana y topo, sin olvidarnos de los azules bebé y verdes agua. Siguen estando muy vigentes los cortes boho pero sin aires hippies, sino románticos y elegantes. Los tejidos siguen siendo los crepes, las organzas y todos los materiales nobles propios de las novias.

Si hay un elemento que destaca por encima de todos es la pedrería. Tenemos que perderle miedo al brillo, que es elegante y sutil si se sabe utilizar bien. Decora escotes, faldas y espalda.