O sea, canaria por parte de padre y argentina de nacimiento…

«Sí. Y por parte de madre, ruso­­-polaca o algo así. Mis abuelos maternos no querían hablar del pasado».

Al grano, ¿a qué te dedicas?

«Me vine para acá con mi marido en el 2000 y junto con mi hermano, que ya estaba aquí, montamos una empresa de alquiler de herramientas de trabajo para la construcción y sus equipos de protección correspondientes. También tenemos andamiaje».

Los andamios que no falten…

«Ja, ja, ja… Y últimamente hemos inaugurado dos lavanderías, una en Tacoronte y otra en La Laguna».

¡Uff! ¿Y ahora con la subida de la luz?

«Estupendo. Va mejor que nunca. No hemos subido los precios y sale más barato que lavar en casa. Además, no tienes que atenerte a horarios absurdos».

Chica lista…

«Ja, ja, ja… Y tenemos una lavadora especialmente preparada para lavar prendas de mascotas». 

Ya te llevaré unas cuantas de Manolo y de mi perro Blue…

«¿Manolo?».

Sí. Mi loro de 42 años.  

«¡Ah! Vale. Ja, ja, ja…».

Pasemos a algo más personal. ¿Cuál es tu meta?

«Empezar a viajar, cosa que no he podido hacer hasta ahora. Marido, dos hijas, negocios…».

No te agobies. Todas hemos pasado por eso… ¿A dónde desearías ir?

«Me encantaría conocer Egipto».

¿Te gustaría reencarnarte en Cleopatra?

«No, prefiero en un lindo colibrí».

No me extraña. Es la energía que tienes. Por cierto, ¿sin qué no puedes vivir?

«Lo tengo clarísimo: sin dulce de leche. ¡Mmmm! Maravilloso. Viste».

A mí que no me quiten el frangollo…