Bill Gates, el segundo hombre más rico del mundo, compró por USD 645 millones un súper yate futurista que funciona totalmente con hidrógeno líquido, lo que significa que su única emisión es agua. Según los planos, que fueron dados a conocer en el Salón Náutico de Mónaco el año pasado, el lujoso transatlántico tiene 112 metros de largo y cinco cubiertas con espacio para 14 invitados, 31 miembros de la tripulación, un gimnasio, un estudio de yoga, un salón de belleza, un salón de masajes y una piscina en cascada en su cubierta trasera.
Pero su característica más impresionante está encerrada en la bodega -dos tanques de 28 toneladas sellados al vacío que son enfriados -253 C y llenados con hidrógeno líquido que alimenta el barco.
Gates, de 64 años, es conocido por tomar regularmente vacaciones a bordo de súper yates, sin embargo esta es la primera vez que se compra uno. En el pasado solía alquilar barcos durante los viajes de verano al Mediterráneo. Se espera que la lujosa nave ecológica esté lista para salir a mar abierto hasta el 2024.
El hidrógeno es bombeado a través de un tipo especial de celda de combustible -un dispositivo electroquímico- que lo convierte en electricidad, mientras que sólo emite agua que puede ser bombeada con seguridad al océano. A pesar de su novedosa fuente de combustible, el buque es capaz de alcanzar los 17 nudos y de viajar 6.000 kilómetros antes de que necesite reponer combustible, lo suficiente para cubrir una travesía por el Atlántico a Europa.
Cuando se revelaron los planes para el AQUA, era sólo un concepto, pero la decisión de Gates de encargar su construcción es un hito. La millonaria compra del yate es una señal segura del interés del magnate por los combustibles alternativos.
Gates ya es un inversor en Heliogen, una empresa emergente de California que utiliza un software inteligente para controlar una serie de espejos que enfocan los rayos del sol para generar un calor extremo. La empresa pretende crear una fuente limpia de gas de hidrógeno mediante la división de las moléculas de agua sin el uso de combustibles fósiles.
El magnate ha sostenido durante mucho tiempo que invertir en nuevos sistemas de energía es una mejor manera de conseguir que las empresas reduzcan las emisiones de carbono en lugar de obligar a los inversores a retirarse de las compañías petroleras cuando gran parte de la economía depende de los combustibles fósiles. “Al invertir en innovaciones energéticas, podemos aprovechar los progresos que hemos hecho desplegando la tecnología actual, como las energías renovables, que ayudarán a acelerar la transición de los combustibles fósiles a un futuro de electricidad libre de carbono fiable y asequible», declaró sobre este tema Gates. Y agregó: “Necesitamos grandes avances en tecnologías que nos permitan suministrar a la red eléctrica energía limpia incluso durante los días sin viento, el tiempo nublado y la noche».