La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex) ha alertado sobre el crecimiento de las importaciones de tomates de Marruecos en Europa, lo cual representa una amenaza para la producción comunitaria. En la última década, las importaciones de tomate marroquí han aumentado considerablemente, mientras que las importaciones de tomate de países de la Unión Europea han disminuido a pasos agigantados. Desde 2013, las importaciones de tomate de Marruecos casi se han duplicado, pasando de 365,695 toneladas a 557,225 toneladas en 2022 (701,541 toneladas si se incluye Reino Unido).
La pérdida de competitividad de la producción comunitaria es especialmente notoria en el mercado británico, donde las exportaciones españolas de tomate han disminuido significativamente. En España, las exportaciones de tomate han disminuido un 25% en cuatro años, mientras que las importaciones de tomate de Marruecos han aumentado en un 51.9% en el mismo período.
En 2022, España estableció un récord en la compra de tomate a otros países, llegando a los 206.3 millones de euros, siendo Marruecos el principal país proveedor, seguido de Portugal y Países Bajos. Estas cifras amenazan la competitividad comunitaria en el sector y, en particular, la de España, que históricamente ha sido el principal país de origen de los tomates importados en la Unión Europea.
Una de las principales causas de esta situación es la diferencia de condiciones en términos fitosanitarios entre los productos agrícolas importados de países terceros y los productores locales. Las asociaciones de agricultores en España han denunciado la desventaja de no aplicar las mismas normas a los productos importados, lo cual afecta a la competitividad de los cultivos locales.
En diciembre de 2022, el sector productor de tomate solicitó autorización para utilizar un producto prohibido en la Unión Europea, argumentando que era necesario para combatir una plaga que amenazaba la producción. Esta solicitud se enmarca en una demanda más amplia del sector agrario para competir en igualdad de condiciones con países terceros, donde se utilizan fitosanitarios más baratos y eficaces.
Ante esta situación, el grupo de contacto de tomate de Francia, Italia, Portugal y España acordó solicitar la retirada de propuestas de regulación sobre el uso sostenible de fitosanitarios y envases y residuos de envases presentadas por la Comisión Europea. También solicitarán una ayuda extraordinaria de hasta el 10% del valor de la producción comercializada de tomate de las organizaciones de productores, con el fin de compensar los daños causados por la falta de aplicación de las cláusulas de cooperación y salvaguardia en el acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Marruecos, así como las concesiones arancelarias del acuerdo en las producciones del Sáhara Occidental, que se está convirtiendo en el principal exportador de tomate en la zona.