A finales de marzo, el Hospital Universitario de Canarias (HUC) puso en marcha el Plan de Contingencia por la elevada ocupación de camas de críticos por pacientes COVID-19. Esto supuso que se ocuparan camas en el área de recuperación de quirófano (REA) por pacientes críticos no COVID. Esta situación complicó el ingreso en esta Unidad de Recuperación postanestésica tras una intervención y motivó el aplazamiento de varias operaciones no urgentes en el centro hospitalario lagunero.
Ante esta situación, el Servicio Canario de la Salud (SCS) propuso aplicar el Plan Aborda, que contempla un Distrito Único para los pacientes de una misma Isla y Área de Salud, de modo que las intervenciones pospuestas en el centro hospitalario lagunero se realizarían en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc), pero con el equipo quirúrgico del HUC.
Ambos centros hospitalarios comenzaron a negociar para ver cómo se podían realizar algunas intervenciones que se habían pospuesto, garantizando en todo momento la asistencia y seguridad de los pacientes. Sin embargo, según pudo conocer DIARIO DE AVISOS, no llegaron a buen puerto, pues no se realizó ninguna operación en La Candelaria antes de que el propio HUC recuperara parte de la normalidad en las áreas de críticos.
Así, una semana después de la publicación de esta noticia, el HUC confirmaba al DIARIO que las intervenciones quirúrgicas que fueron pospuestas por la ocupación de más del 75% de las camas de UCI fueron reprogramadas y estaban siendo realizadas en el centro. Esto también fue posible, según el propio Universitario de Canarias por el incremento de seis camas de críticos en el área de Urgencias atendidas por médicos intensivistas.
Propuesta envenenada o publicidad engañosa
Sobre el papel, la orden de compartir la presión asistencial en los dos mayores hospitales de referencia en Tenerife de forma provisional, llevándose a cabo la posible derivación de enfermos para ser operados en La Candelaria, hasta que la ocupación de camas de críticos en el HUC descendiera, parecía una buena idea, pero la misma chocó con la realidad de ambos centros.
“Agradecemos al Hospital de la Candelaria que nos brindara su apoyo, y a la dirección de la Consejería de Sanidad que dieran las instrucciones para la derivación de pacientes, pero también hay muchas maneras de dar el apoyo y lo que proponían no se podía materializar, ya que no se garantizaba la seguridad de los pacientes”, señaló la coordinadora de la Federación Nacional de Salud de Intersindical Canaria (IC) y miembro del sindicato en el HUC, Caty Darias.
“Fue una manzana envenenada o un acto de publicidad engañosa, porque la condición que pusieron desde el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc) fue no llevar pacientes COVID-19 de nuestra UCI a la suya, sino que se trasladaran pacientes para que fueran operados en Santa Cruz, pero llevando nosotros el equipo quirúrgico del HUC (sobre todo cirujanos y anestesistas) y haciendo el uso de la cama UCI el tiempo que fuera preciso pero luego retornaban los pacientes al HUC”, continuó.
Este ofrecimiento suponía varios hándicaps importantes que ponían en riesgo a los pacientes. “El primero es que los profesionales del HUC necesitaban un período de adaptación para poder operar en La Candelaria, ya que no son las mismas máquinas de anestesia, no son los mismos instrumentales de quirófano, no son los mismos instrumentistas, etc. Hubiera sido más fácil que los equipos de La Candelaria operaran a esos enfermos”, explicó la sindicalista. “Y en segundo lugar, si nosotros somos los usuarios que nos vamos a someter a la intervención oncológica que lleva su paso por UCI, no entenderíamos que luego nos trasladaran en una ambulancia para ingresar en planta del HUC”.
Una irresponsabilidad
Catalina Darias insistió en que cree que “fue un gesto propagandístico, imposible de llevar a cabo” y lamentó un mensaje en Twitter en el que se alababa el gesto de La Candelaria y se recriminaba al HUC por no enviar a nadie. “En el HUC tenemos grandes profesionales y no van a poner en riesgo la vida de un paciente aventurándose a operar con aparataje al que no están acostumbrados de manera experta. Hay diferencias de quirófanos, maquinaria, equipos y procedimientos entre ambos hospitales. El HUC actuó con responsabilidad porque no era viable implementar la ayuda de esa forma, hay otras maneras de compartir la carga asistencial desde el punto de vista técnico y profesional. Además, la situación de sobrecarga asistencial fue puntual”, recordó. “Los profesionales que trabajamos en Sanidad, tenemos que dar las mayores garantías y los mínimos trastornos posibles a los pacientes. Está claro que un cirujano con su equipo realiza una intervención complicada donde quiera que esté, pero si lo separas de sus equipos humano y técnico, necesita un plazo de adaptación a las nuevas condiciones”, finalizó.