El popular presentador Kiko Hernández repasa su pasado televisivo en el plató de ‘Sálvame‘ en Telecinco. El famoso colaborador ha hecho unas sinceras declaraciones sobre su vida y ha recordado cómo saltó a la fama. Todo comenzó cuando entró en la casa de la tercera edición de ‘Gran Hermano’ ya hace años. En el concurso inició una relación con Patricia Ledesma, algo que le proporcionó una fama instantánea.
En el momento en el que salió del concurso, los platós de televisión le abrieron las puertas para que narrara su experiencia. En dos de ellos fue donde comenzó su carrera televisiva, de una forma que, reconoce, se arrepiente.
Tras su paso por ‘Gran Hermano’, Hernández era reclamado para hablar en ‘Salsa rosa’ y en el controvertido ‘Crónicas marcianas’. Su asistencia se simplificaba en acudir «por dinero» a cambio de hablar mal de aquellos de los que, reconoce, no le habían hecho nada. Uno de sus principales objetivos fue Encarni Manfredi, madre de su novia en el programa, a la que no dudó en pedir disculpas tiempo después.
«Le hice mucho daño (…) dije tales burradas», aseguró en Telecinco el colaborador Hernández. «Iba a ‘Salsa rosa’ a poner a parir a alguien que no me había hecho nada (…) por llevarme un dineral», aseguró en el programa de Telecinco. Y es que esta era una de las cosas «con las que no estaba nada de acuerdo, pero yo solo tenía en cuenta el dinero, solo veía eso», algo que le ha llevado a reconocer que, en aquella época, «me ganaba la vida de una forma sucia».
«No te imaginas cómo fueron los últimos 100 programas de ‘Crónicas’ (…) no dormía de la tensión (…) todos sabíamos que el programa se iba a terminar y que nos estaba ganando otro», comenzó diciendo Kiko Hernández en ‘Sálvame’». «Ese programa era muy heavy (…) te exigían decirle putadas a concursantes de ‘GH’ (…) era vomitivo».
A pesar de que quisieron dejar claro en plató que no recibían presiones por parte de Javier Sardá para cargar contra ninguna persona, apuntando Kiko Hernández que «no voy a morder la mano de quién me dio de comer», pero ha querido recordar una anécdota que explica lo que sucedía en ‘Crónicas marcianas’: «Una noche me negué a decir una serie de cosas y a la mañana siguiente me llamó Sardá a las 9 de la mañana (…) fue la última mañana». De esta forma se evidencia la exigencia que había por mantener el elevado tono del que presumía el espacio.