Mientras que hace apenas unos años la mayoría de la gente del archipiélago ni siquiera sabía en qué consistía el veganismo, en los últimos años se están extendiendo cada vez más las dietas veganas en las islas, y ya son miles las personas que optan por alimentarse sin consumir ninguna clase de producto procedente de animales.
El veganismo trata entonces de ir un paso más allá del vegetarianismo, y asegurarse de que no existen alimentos animales de ningún tipo en la dieta. Mientras que las dietas vegetarianas optan simplemente por descartar la carne y el pescado –si solo dejan a un lado la carne se trata de dietas ‘pescetarianas’–, las dietas veganas eliminan cualquier producto gastronómico procedente de animales, incluyendo la leche, los huevos, el queso o el yogur, entre otros.
Puede que no lo parezca a primera vista, pero llevar a cabo una dieta exclusivamente vegana es bastante complicado. A poco que comencemos a explorar este nuevo estilo de vida, veremos que una gran cantidad de alimentos aparentemente veganos no lo son. Basta con que un alimento esté frito con grasas animales para que deje de ser un producto vegano, con lo que se hace necesario hacer un análisis muy detallado de cada producto de nuestra dieta.
Los supermercados Aldi, repletos de productos veganos
Pese a no ser los supermercados más habituales en las islas, los supermercados Aldi están ganando enteros entre los consumidores por su política de precios bajos, su buena disposición de los productos, y su presencia en zonas donde antes no había una oferta de supermercados demasiado buena. Así, las ofertas de Aldi en torno a la dieta vegana permiten acceder a productos que no sean de origen animal a precios bastante más asequibles.
Por ejemplo, la bebida de almendras de Aldi sin azúcares añadidos se puede conseguir por solo 1,09 € el litro, mientras que el zumo de melocotón y uva está a solo 1,65 € la unidad. Y no solo se trata de bebidas. En Aldi también se pueden conseguir helados veganos de diferentes sabores, como el helado de caramelo salado o el de coco y brownie. En ambos casos, la tarrina cuesta solo 2,99 €, y además son ideales para quienes tienen intolerancia a la lactosa.
El problema de los precios de los alimentos veganos es un auténtico quebradero de cabeza para los aficionados a este tipo de dieta, pero se está relajando en los últimos años gracias a alternativas como las de Aldi. A medida que las dietas veganas ganan en popularidad y que la gente va siendo más consciente de los beneficios que presentan para la salud y para el ecosistema, los costos de producción van bajando, y eso se deja notar en los precios.
En Canarias, las dietas veganas son aún más convenientes
En Canarias no contamos con una industria ganadera lo suficientemente extensa como para cubrir la demanda de todo el archipiélago. Pese a que nuestros productos de vacuno o nuestras granjas de pollos son de una excelente calidad, el consumo de las islas es muy superior a la producción, así que debemos traer la mayoría de estos productos del exterior. Por eso, optar por una dieta vegana puede ayudarnos a reducir la dependencia de estas importaciones.
Gran parte del suelo agrícola en Canarias se destina al cultivo de papas, tomates o plátanos, que son excelentes adiciones para una dieta vegana. Y, aunque es cierto que no podemos depender solamente de nuestros cultivos estrella para llevar una dieta saludable, lo cierto es que resulta mucho más económico importar arroz u otros productos vegetales, en lugar de importar productos de vacuno o pollo congelado.
Todo esto redunda aún más en beneficio del ecosistema, tanto a nivel global como a nivel local. Una reducción de las importaciones se traduce en menos emisiones de CO2, además de suponernos un buen ahorro en la lista de la compra. Pero, además, destinar más hectáreas de nuestro suelo al cultivo de vegetales –y menos a la ganadería– nos permite disponer de una mayor cantidad de alimento con menos emisiones, aliviando así la presión sobre el ecosistema.