Marcos Benito (1994) decidió poner tierra de por medio para cumplir su sueño, convertirse en periodista deportivo. Más bien, para ejercer como tal en algún medio de comunicación nacional. La llamada lo pilla por sorpresa, pues en apenas unas horas cogerá las maletas para disfrutar de unas merecidas vacaciones en Tailandia, después de una temporada intensa de trabajo en ‘El Chiringuito’, donde no ha parado de crecer profesionalmente, si bien admite que «todavía estamos empezando». Marcos es de Las Galletas (Arona) y estudió el primer curso de Periodismo en la por aquel entonces llamada Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, allá por el 2012. Su primer contacto formativo con la profesión no le satisfizo porque no le gustó «como estaba enfocado el Grado» y pensó que «si seguía allí la motivación se iba a terminar».
De un día para otro, y con el apoyo incondicional de su madre, puso rumbo a Madrid. En la capital contó con la ayuda económica de su familia, que fue fundamental porque «es una ciudad cara». Nos cuenta que nada más matricularse en la Universidad Complutense, donde cuatro años después finalizó sus estudios, empezó a buscar trabajo con el afán irrenunciable de «asomar la cabeza cuanto antes en los medios de comunicación». Y así fue.
Tras cursar su primer año en la «Complu», Marcos cogió el teléfono y preguntó si había hueco para él en la delegación tinerfeña de la Cadena Ser. La respuesta fue positiva y volvió a su Isla natal para estar «dos o tres semanas» de prácticas en la radio. Otra vez en Madrid, el tinerfeño se inició en el periodismo escrito en uno de los periódicos deportivos más influyentes a nivel nacional, el Diario AS. Empezó haciendo fútbol, luego le pasaron al baloncesto y terminó esta etapa ocupándose de la web.
A pesar de su juventud, Marcos ya había pasado por la radio y la prensa escrita y tocó hacer balance de dichas experiencias. «Mi época en la radio fue muy breve y todavía no sé cuál es mi nivel radiofónico, mientras que mi paso por la prensa fue más bien anecdótico, en el sentido de que no tuve mucho espacio para escribir y generalmente redacté noticias que debían salir muy rápido», detalla.
La vida de aprendiz no había terminado para él y, tras leerle en las páginas del AS, pasamos a verle delante de una cámara en ‘El Chiringuito’, cuyo presentador, Josep Pedrerol, desató en su día la polémica con aquella famosa declaración de «becarios, no». Nada más allá de la realidad, ya que a Marcos siempre le trató muy bien y por ello le tiene un cariño especial. «Fue una experiencia brutal. Estuve seis meses y se terminó esa etapa, porque no había posibilidad de renovar. Pero bueno, siempre se me quedó la ‘espinita’ clavada porque para mí estar ahí era un sueño. Y más, trabajar con todos los profesionales de la cadena, a los que veía todos los días por televisión», explica.
«Seguí con mis estudios hasta terminarlos e hice otras prácticas en Deportes Cuatro. Allí di un salto importante de aprendizaje. Cogí soltura y confianza. Eso es lo bueno de ir a muchos sitios. Conoces distintas maneras de trabajar y a gente que está en la élite. Te haces una idea real de cómo se trabaja y ves la competencia que existe entre unos y otros. Todo el mundo quiere llegar ahí, pero no hay sitio para todos, por lo que tienes que demostrar que das más que el resto», indica Marcos Benito.
En lo que llevamos de conversación, Marcos no ha dejado de demostrar su humildad. Notamos que tiembla cuando recibe algún halago, de los que sale airoso recordando la reputación de todos los colaboradores y redactores con los que ha trabajado, una suerte de coraza con la que, sin darse cuenta, menoscaba su ascenso meteórico en una parcela de la comunicación tan competitiva como la deportiva y en un medio tan exigente como lo es la televisión.
Volviendo a su trayectoria, Marcos recuerda con cariño su siguiente etapa, también de becario, en Real Madrid Televisión, donde formó parte del equipo de redactores/productores de ‘Madridistas por el Mundo’. Ahora sí, por fin, llegó su gran oportunidad.
«Se acabó el proyecto y me llamó Josep Pedrerol para preguntarme si me apetecía volver (a ‘El Chiringuito’ de Mega). La respuesta fue que sí. Es más, fue una de las mejores noticias que me han dado en mi vida. Eso fue hace dos años, en 2017. Ya es la segunda temporada que termino como redactor y cada vez me veo mejor. No todo el mundo tiene las tablas para hacerlo genial. A mí me costó un poco más que al resto».
-Ha trabajado en radio, papel y televisión, ¿Qué es lo que más le gusta?
«La televisión. Es por lo que más me siento orgulloso a nivel de mis capacidades, donde más me he podido desarrollar como periodista. Mi época en la radio fue muy breve y todavía no se cuál es mi nivel radiofónico. Mi paso por la prensa fue más bien anecdótico, en el sentido de que no tenía mucho espacio para escribir y generalmente eran noticias que tenía que dar muy rápido y apenas tenía espacio en el papel. Vamos, que no me ha dado tiempo a desarrollarme como escritor. Sin embargo, en televisión sí. Hago directos, reportajes, reporterismo…»
-La mayoría de los futboleros de este país ‘flipan’ con ‘El Chiringuito’. ¿Le reconocen cuando viene a Tenerife?
«No te creas. Dentro de la ‘locura Chiringuito’ quizá sea una de las partes que pasa más desapercibida. A mi lado tengo a colaboradores y compañeros que son superestrellas, como Edu Aguirre o Juanfer. Yo seguramente sea de los que menos fama han generado. Alguna vez me paran y me dicen «oye, el de ‘El Chiringuito». Pero no es una locura. Alguien que sea muy fiel del programa sí que me para. De todos modos, yo soy un tipo tímido y no voy por ahí fardando. Sé lo que soy, lo que me ha costado llegar y que esto es hoy, porque mañana nadie se acordará de ti. No hay que sacar pecho por eso.»
-¿Sus compañeros y usted son conscientes de la dimensión mediática del programa?
«La verdad es que es una fiebre. Notamos el cariño de la gente, sobre todo, en los mensajes que nos llegan. Sabemos que es un programa que traspasa fronteras. Yo diría que se ve más en Sudamérica que en España, donde ya es un tirón. Es una pasada lo que mueve ‘El Chiringuito’. Es verdad que a veces te da un poco de vértigo porque no sabes muy bien lo que estás haciendo. Llegas a una reunión de doce personas o quince y empiezas a entender que lo que se va a emitir esa noche en directo va a dar la vuelta al Mundo. Da vértigo pero a la vez es muy bonito. Dices, «vamos para adelante y lo haremos lo mejor posible». Somos conscientes de que hay gente en su casa que se siente sola y que no se ha reído en todo el día. Es una responsabilidad saber que esa noche tenemos la misión de sacarle una sonrisa».
-Quim Doménech es un fiel seguidor del Barça, tanto como Tomás Roncero lo es del Real Madrid. De Cristóbal Soria o Juanma Rodríguez ya ni hablemos… ¿De qué equipo es Marcos Benito?
«Soy del CD Tenerife y lo digo con mucho orgullo. No es que vaya con la bufanda puesta todo el día, pero si que soy del equipo del que he sido socio durante doce años, en los que he ido cada domingo al Heliodoro. Recuerdo las épocas de Bruno Marioni y Nino… En fin, eso marcó mi infancia».
-¿Cómo ve al ‘Tete’ ahora?
«Si te soy sincero, estoy más desenganchado que nunca. No solo a nivel de seguimiento, sino también emocionalmente. El de los últimos años ha sido el CD Tenerife que menos me ha llegado, con el que más desencantado estoy. Es un equipo sin alma y sin ambición. No hace falta ser licenciado en Comunicación para darse cuenta de que es un club antiguo. Lo ves en las redes sociales, en la página web y en detalles en los que te das cuenta de que es un club que necesita un cambio de arriba a abajo. Hace falta abrir la ventana y que entre aire nuevo. Hay gente muy preparada en la Isla y no hay que buscarlo todo fuera. Desde la parcela de la Comunicación tampoco tenemos que ser el Real Betis, que lo hace muy bien en ese sentido. Yo creo que los jugadores del Tenerife tienen muchas historias que contar. Yo no sé si ahora mismo el CD Tenerife es un club atractivo».
-Se puede extrapolar esto último que ha dicho al ámbito formativo y laboral de la Comunicación en Canarias, ¿No?
«A todos los jóvenes que salen de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la ULL les recomiendo salir desde que puedan, eso por descontado. También es verdad que lo primero es tener posibilidades económicas, no nos vamos a engañar. Creo que Madrid que es el sitio idóneo a nivel nacional. También Barcelona. Yo te lo digo claro, si diera marcha atrás no sé si estudiaría periodismo. Tengo esa duda».
-Ahora que le va bien, ¿La sigue manteniendo?
«Sí, pero porque tenemos la mentalidad cerrada de que los medios de comunicación se limitan a las radios, los periódicos y las televisiones, cuando lo cierto es que eso ha cambiado. Yo creo que desde Tenerife, digamos que desde Las Galletas, que es mi pueblo, si tienes una cámara o un teléfono con cámara y sabes hacer un buen contenido tienes posibilidades de vivir de ello. Yo tengo compañeros que no han tenido la oportunidad de entrar a los medios de comunicación convencionales, se han montado un canal de Youtube y ahora les va muy bien».
-Vamos, que uno mismo tiene que saber crearse sus propias oportunidades.
«Sin duda. Qué pasa, que tenemos profesores que no saben inculcar esa manera de verlo. Son gente que se está quedando un poco obsoleta. Yo lo que veo es que a la juventud canaria que se quiere dedicar a esto le falta un poco de ‘chispa’. Tampoco quiero dar a entender que yo ha haya hecho algo del otro del otro mundo, pero si que veo a jóvenes que se quedan en su casa y dicen que «no tienen trabajo y que no hay oportunidades». Yo creo que hay que ir más allá y arriesgarse, porque al final no pierdes nada. Todo lo que hagas va a sumar. Yo he trabajado en tiendas de ropa, discotecas y bares de copas para pagarme los estudios, pero, ya te digo, no soy ejemplo de nada. Sé que si uno se esfuerza y lo da todo, puede conseguir lo que quiera. Al principio, puede que no tenga suerte, que todo se una y que no se llegue al objetivo, pero si lo das todo siempre, podrás mantener la cabeza alta. Yo no considero que tenga talento, es decir, no nací para ser periodista. Pero me lo he currado, me he caído y me he levantado constantemente hasta que he tenido mi oportunidad. Yo no era el que mejor escribía, ni el que mejor hablaba delante de una cámara. Nada, cero. Siempre fui del montón. Por eso creo que el porcentaje de trabajo es fundamental. Que nadie te diga que no puedes; que nadie te diga que eres malo, porque todo se puede mejorar. De eso si me pongo como ejemplo».
-Ha hecho muchos reportajes, ¿Cuál es el que más le ha gustado?
«El que más me ha gustado, por el feedback que he tenido de ese reportaje, fue el de la Final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu. Fue un reportaje de estos que haces con un poco de escepticismo, a ver qué sale. Tampoco tenía mucha fe en conseguir algo grande. Pero creo que el cámara que me acompañó ese día y yo hicimos un buen trabajo. Ese día fuimos con la idea de hacer un tema sobre la seguridad del partido, por todo el lío que se montó en Argentina en torno a este partido entre River Plate y Boca Juniors. Sin embargo, nos quedó un reportaje de sentimiento, de fútbol, de lo que representa este deporte en un país como Argentina. Hablamos con gente que se gastó todos sus ahorros para estar en Madrid ese día y que, por una cosa u otra, no pudieron entrar al Bernabéu. Recopilamos todas las historias que pudimos y nos quedó un reportaje del que yo ahora mismo me siento muy orgulloso, aunque no hable de grandes nombres ni tenga a distinguidos protagonistas».