Pese a lo que el común de los mortales suele creer, una intoxicación alimentaria es un problema mucho más serio de lo que pensamos. Entre las más comunes en España se encuentran la salmonelosis o la listeriosis. Sin embargo, no son ni mucho menos las únicas. Y es que tal y como advirtió en una entrevista en este mismo periódico Beatriz Robles, especialista en Seguridad Alimentaria, «el peligro acecha en cualquier descuido tras salir del supermercado con el carrito de la compra».
Un claro ejemplo de ello es el suceso que ha ocurrido en la ciudad china de Jixi, en la provincia de Heilongjiang. Nueve miembros de una misma familia han fallecido tras comer unos fideos congelados que habían sido cocinados hace más de un año y guardados en la nevera hasta ahora. El dramático desenlace fue causado por el ácido bongkrékico, un compuesto tóxico también conocido como flavotoxina A, que produce la bacteria Burkholderia gladioli. Se trata de una intoxicación muy rara en España porque «se asocia al consumo de coco en mal estado», tal y como explica a través de su cuenta de Twitter Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y divulgador.
Según relata el diario británico Daily Mirror, la familia preparó el pasado 5 de octubre Suangtangzi, un plato tradicional de la zona cuyo ingrediente principal son los noodles (los fideos típicos chinos que se elaboran con harina refinada de maíz). El día 10, fallecieron siete de los nueve miembros de la familia debido a la intoxicación provocada por la flavotoxina A; el día 11 se produjo la octava muerte, y el último fallecimiento tuvo lugar el pasado lunes. Por suerte, tres niños que también participaron de la comida han podido salvarse tras rechazar el plato debido a que el sabor no les gustó.
Según Gao Fei, director de Seguridad Alimentaria del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Heliongjiang, la intoxicación por ácido bongkrekiko puede ser letal. Sus síntomas comienzan a las pocas horas de ingerir el alimento e incluyen dolor de estómago, debilidad general y sudoración. La muerte puede ocurrir en cuestión de unas horas. «Puede causar daños graves a muchos órganos humanos, incluidos el hígado, los riñones, el corazón y el cerebro», dice Gao en declaraciones al periódico británico.
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