El ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, ha lamentado este miércoles en Twitter que “cerca de 3.000 bebés necesitan alimentos y medicinas” tras el asedio de las tropas rusas a la ciudad costera de Mariúpol, donde unas 400.000 personas son rehenes de las fuerzas desplegadas en el país por parte del Kremlin.
Russia continues holding hostage over 400.000 people in Mariupol, blocks humanitarian aid and evacuation. Indiscriminate shelling continues. Almost 3.000 newborn babies lack medicine and food. I urge the world to act! Force Russia to stop its barbaric war on civilians and babies!
— Dmytro Kuleba (@DmytroKuleba) March 9, 2022
Las autoridades ucranianas han denunciado una serie de bombardeos sobre instalaciones médicas, entre ellas el hospital materno, unos hechos a los que el presidente Volodímir Zelenski ha calificado de atroces. La Cruz Roja, por su parte, define la situación en esta localidad de la costa del Mar de Azov como “apocalíptica”. En cambio Rusia sigue negando haber atacado a civiles en la invasión a Ucrania.
Mariupol. Direct strike of Russian troops at the maternity hospital. People, children are under the wreckage. Atrocity! How much longer will the world be an accomplice ignoring terror? Close the sky right now! Stop the killings! You have power but you seem to be losing humanity. pic.twitter.com/FoaNdbKH5k
— Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) March 9, 2022
Kuleba ha pedido a Occidente que haga uso de la fuerza para “detener esta guerra bárbara contra civiles y bebés” y ha insistido en que Rusia “bloquea la ayuda humanitaria y la evacuación” de civiles en la ciudad, donde “los bombardeos indiscriminados continúan”. Sus palabras llegan después de que las autoridades de la ciudad señalaran que solo queda comida para un periodo de entre tres y cinco días.
Mariúpol se encuentra en el sureste del país y su conquista es clave para las aspiraciones de Putin de unir la península de Crimea con los territorios rebeldes del Donbás.