Siempre se decía que cada año del perro equivale a siete años de los nuestros. Algo alejado de la realidad, puesto que si un chucho alcanza los 18 años, algo no del todo extraordinario en algunas razas, estaríamos hablando de 126 años nuestros.
Más fiables parecen esas tablas que uno encuentra en internet y que manejan variables como la raza del animal (que sea más o menos grande), a saber, que a los 24 meses, cualquier perro tiene unos 24 años humanos; mientras que si el can llega a sus 8 años, estaría en nuestros 60 si es de tamaño grande, en 57 si es mediano y en 51 si es pequeño. Y si hablamos de que ha superado los 15, equivaldría a 109, 98 y 80.
Pero un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista de investigación y educación sobre biología ‘BioRxiv’ bajo el título ‘Traducción cuantitativa del envejecimiento de perro a humano mediante la remodelación conservada de las redes epigenéticas’ nos muestra algo más de luz sobre cómo calcular la edad de nuestra mascota.
Primero, debe saber que un cachorrito de 12 meses acabaría de entrar en la treintena si fuera humano, 31 años humanos tiene para ser más exactos. La exhaustiva investigación incluye un gráfico con una curva de equivalencia entre un labrador.
Esta formula la hicieron a través de extracciones de sangre a 104 perros de raza golden retriever de entre 0,1 y 16 años. Luego compararon los resultados con los metilomas de 320 individuos humanos entre 1 y 103 años. La edad humana equivalente es igual a 16 veces el logaritmo neperiano de la edad del perro en años más 31.
Resumiendo, el primer año de su mascota, ésta tendría 31 años humanos. Y luego, cada vez que la edad del animal se va duplicando, hay que sumar 11 para obtener el equivalente humano.