Muchos laboratorios de todo el mundo se afanan en conseguir una vacuna efectiva contra el COVID-19. Hace unos días se supo que un laboratorio chino basado en Tianjin lanzó la segunda fase de pruebas de una vacuna experimental que podría servir para combatir al nuevo coronavirus nacido en la ciudad de Wuhan, China en noviembre pasado. Se trata de CanSino Biologics que ya ejecutó la primera etapa de los exámenes con éxito y se dispone a avanzar con encontrar el medicamento preventivo que podría acabar con la reciente cepa viral.
El laboratorio está reclutando ahora 500 voluntarios que a diferencia de los primeros podrán participar de los test desde sus domicilios, sin necesidad de estar en una unidad dispuesta para tal fin, como sí lo estuvieron quienes formaron parte del grupo inicial del examen.
De esta segunda fase también participa el Instituto de Biotecnología de la Academia de Ciencias Médicas Militares después de que los datos preliminares de la primera etapa indicaran que era seguro proceder, de acuerdo a información de South China Morning Post.
El primer grupo de voluntarios fueron un total de 108 personas, todas residentes de Wuhan, en la provincia de Hubei. Ese número se dividió a su vez en tres conjuntos de examinados, quienes recibieron diferentes dosis de la nueva vacuna: alta, media y baja. El tratamiento concluyó el 2 de abril último y estaba destinado a evaluar su efectividad y seguridad.
Aquel grupo que recibió una alta dosis fue el que experimentó efectos adversos, sobre todo temperaturas mayores a los 38 grados. En ellos, la fiebre irrumpía a partir de las 24 horas. Este tipo de raciones serán dejadas de lado para la nueva etapa.
En cambio, quienes fueron inyectados con dosis medias y bajas, no presentaron dificultades de ningún tipo, según información oficial reproducida por la revista Science. En la nueva fase de pruebas sólo se darán estos dos últimos tipos de tratamientos, en un universo mucho mayor y más representativo para avanzar en la cura. De acuerdo al reporte, 250 voluntarios percibirán una dosis media, 125 una dosis baja y otros 125 un placebo.
Las fases de prueba
Según informó CanSino y el Instituto Militar que estuvo coordinando las tareas de investigación, la primera etapa constó con la participación de un número reducido de personas sanas para demostrar que el producto que estaba evaluándose sea seguro. La segunda, en tanto, tiene en cuenta a cientos de voluntarios para observar la seguridad y efectividad y así estar en condiciones de trazar un plan de vacunación. Por último, la tercera fase -de desarrollarse con éxito las otras dos- involucra a más voluntarios para permitir que los científicos comprendan mejor la capacidad protectora de la vacuna.