Si bien cada vez tenemos mayor concienciación de que volante y alcohol son incompatibles, todos alguna vez hemos conducido bajo la influencia de alguna copa. Nuestra propia cultura nos lleva a desestimar los riesgos que ello conlleva, ya que la pérdida de reflejos puede derivar en un accidente de circulación. En España, el límite legal para conducir es de una tasa de 0,25 mg de alcohol por litro de aire espirado para conductores en general. Para conductores noveles y profesionales, esta tasa se reduce a 0,15 mg/l. Por encima de esas cifras, tenemos sanciones administrativas que conllevan la pérdida de puntos y una multa económica. Sin embargo, cuando la tasa de alcohol supera los 0,60 mg/l ya nos encontramos ante un ilícito penal que nos llevará a ponernos delante de un juez. Una situación que nunca es agradable y que conlleva la retirada del permiso de conducir por un tiempo a determinar.
Alcoholemia positiva mayor a 0,6 mg/l
Se trata de una situación habitual cuando se sale de fiesta y no se desea dejar el coche. Lo más sensato es tomar un taxi y llegar sin riesgos a casa. Pero bao el mantra de «yo controlo», podemos vernos envueltos en un accidente de circulación que, en cualquier caso, llevará una prueba de alcoholemia. Los controles además son bastante habituales, y si has bebido y te encuentras con uno, por mucho que hagas no vas a poder rebajar tu tasa de alcohol. Todos esos mitos como ponerse a hacer flexiones, decir que has tomado enjuague bucal, masticar granos de café o ponerte a correr no van a servir de nada.
Pero hay que ponerse en situación, pongamos el caso de que has bebido y provocas un accidente de circulación y atropellas a alguien. Aunque tampoco hace falta ponerse tan trágico, te llevas por delante una señal de tráfico, un parterre o una papelera. Si la tasa de alcohol es mayor a 0,6 mg/l, la cita con el juzgado es inevitable.
Imagínate que tu trabajo depende del carnet de conducir y lo pierdes. Siempre puedes tener la posibilidad de negociar con el juez que la retirada sea efectivo durante aquellos periodos en los que no te haga falta, pero no lo des por seguro porque es una decisión que depende del propio juez. En todos los casos, lo mejor es contar con los servicios profesionales de un abogado especialista en alcoholemia. Podemos encontrarnos con el caso de que el aparato para realizar la prueba no haya pasado la revisión correspondiente. Si el abogado es capaz de demostrarlo, la prueba puede ser considerada nula y, por tanto, podrías librarte de la retirada de carnet y de la sanción.
Pero si volvemos a un caso extremo, causar daños a una persona, la figura del abogado es clave. Tu abogado penalista para juicio rapido por alcoholemia es JR Abogados, despacho dirigido por el prestigioso letrado Don José Ramón Felipe Condés. La experiencia acumulada en gran cantidad de casos sirve para que se pueda organizar una buena defensa y no te veas expuestos a la sanción más alta. Hay mucha diferencia entre contratar los servicios de un abogado cualquiera a uno de JR Abogados.
En todos los casos, si tienes que someterte a una prueba de alcoholemia, conviene recordar que la colaboración es clave para facilitar todo el proceso. De nada servirá que simules que te estás ahogando para evitar soplar, o que tu actitud no sea la más adecuada con los agentes. Todo esto quedará reflejado en el acta y será visto por el juez. Aunque el alcohol te haga envalentonarte, lo más sensato es adoptar un perfil bajo, porque es algo que puede ayudarte en todo momento. Tratar de llevar la contraria o poner las cosas difíciles nunca va a proporcionarte un buen resultado. Admítelo, si te han parado en un control de alcoholemia ya poco podrás hacer, por lo que colaborar es lo más indicado.
Si bien ya sabes que alcohol y carretera nunca forman un buen binomio, puedes verte en una situación de estas características. La próxima llegada del verano, las cenas familiares o con amigos pueden llevarte a coger el coche en unas condiciones no adecuadas. Si eres denunciado por conducir con una tasa de alcohol elevada, establece un buen plan de defensa para conseguir una condena lo menos grave posible. Es algo que vas a agradecer y que te posibilitará volver a conducir en un plazo más corto de tiempo.
La colaboración con los agentes y ante el tribunal siempre es la opción más inteligente ante un caso de estas características. Pero recuerda, no te la juegues. Causar lesiones graves a otra persona o incluso la muerte es algo que no se puede reparar y es un mal recuerdo que te acompañará siempre. No merece la pena ponerse al volante si has bebido.