Un hombre que paseaba tranquilamente por Bangor, en Gales del Norte, quedó estupefacto al encontrar, en un gran charco de sangre, a un hombre muerto al que le habían cortado los genitales.
Reginald Alan Roach, de 63 años, murió después de que le cortaran los genitales en una zona industrial en desuso según publica Daily Mail. Tras cortarle los genitales, el hombre murió, literalmente, desangrado.
Reginald resultó ser un agresor sexual, que se desnudó frente al empleado de un hotel, algo por lo que fue sancionado en su momento. Pese a que su abogado señaló que todo se debía a una conmoción cerebral que había sufrido, lo cierto es que fue sancionado.
Las autoridades buscan a un anciano como posible autor de la amputación y posterior muerte.