Existen muchos mitos y verdades del vino que habrás escuchado en algún momento de tu vida. Muchos se toman por ciertos cuando no lo son y de otros se duda cuando están confirmados.
El mundo creciente del vino cada vez suma más seguidores, fanáticos y nuevos productos por lo que no es de extrañar que los mitos vayan en aumento. Tanto de beneficios, curiosidades o anécdotas, el vino es un mundo amplio que abarca comentarios de todo tipo.
En esta época del Dr Google y los catedráticos de la razón, a los que jamás podrás llevar la contraria, es bueno hacer un repaso para saber las afirmaciones reales y falsas que se realizan sobre este delicioso líquido.
El vino se debe servir a temperatura ambiente
Esto no es cierto pues la trampa radica en el término “ambiente”. De entrada la temperatura ambiente es algo muy variante según la ubicación donde nos encontremos y además la temperatura de consumo idónea no es la misma para cada vino.
En realidad el vino debe consumirse a la temperatura adecuada. El vino de Crianza debe rondar los 16 ºC, el blanco los 8 ºC y el tinto Reserva los 17 ºC.En términos generales podríamos decir que se recomienda una temperatura de consumo de entre los 15 ºC y 20 ºC.
Tiene propiedades antioxidantes
Diversos estudios han demostrado que la uva, fruta con la que se elabora el vino es reconocida por su alto nivel antioxidante. Los compuestos fenólicos, antocianos y taninos presentes en el hollejo de las uvas se mantienen al fermentar el producto y por tanto mantiene sus características antioxidantes.
De hecho, también poseen propiedades antiinflamatorias pues son altas en vitamina C, fibra y aporta minerales como el potasio, cobre o el calcio.
La intensidad del color nos indica la intensidad del sabor del vino
Esta es otra afirmación falsa pues el color del vino no tiene ninguna relación con la calidad del producto sino que está directamente relacionado con el tipo de uva que se utiliza para su elaboración.
Este mismo tipo de uva también determina el sabor ya sea dulce, ácido o más seco.
Los vinos más caros siempre serán los mejores
Seguimos con las afirmaciones falsas pues aunque esto es un clásico en el vino (y en realidad en cualquier otro producto) no siempre se puede afirmar con rotundidad. Desde luego tenemos vinos premium de marcas y denominaciones de origen bien reconocidas pero esto no quita que existan vinos muy buenos a precios mucho más moderados que otros.
De hecho, si no fuese por las campañas iniciales a precios comedidos no sabríamos de la existencia de muchos de los que después se convierten en las gamas más caras. Piensalo de esta forma; si un vino se hace conocido y pasa de boca en boca tarde o temprano elevará su precio pero si lo hubieses probado cuando no era caro, no estabas tomando un mal vino sino uno menos conocido.
Debemos consumir el vino a los pocos días una vez que se ha abierto
Esto es completamente cierto pues el vino pierde propiedades y sabor desde que se abre. Es un instante en el que ya no hay vuelta atrás y donde tendremos aproximadamente 3 días máximo para disfrutarlo.
No se va a poner malo inmediatamente después de esos 3 días pero desde luego no va a estar como cuando lo abrimos. También es importante conservarlo con su corcho en un sitio fresco y bien alejado de la luz (especialmente de la luz solar).
En este punto uno debe plantearse cómo funciona una vinoteca y si merece la pena invertir en una. Hoy en día son muy populares pues ocupan muy poco espacio (aunque las hay de todos los tamaños según el número de botellas que queremos almacenar).
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