La sanidad canaria esta totalmente destrozada, desde mi última visita en Urgencias del Hospital Universitario de Canarias, me ha quedado totalmente claro, 9 horas en la sala de urgencias me despejo todas las dudas. Pues bien, ahora conocemos la historia de Nereida en el Hospital Universitario de Canarias con su hija pequeña, pone verdaderamente los pelos de punta. Según ha informado Diario de Avisos. Por parte de Leticia Díaz.
La madre lagunera, cuya hija fue víctima de una negligencia provocada por la saturación de los trabajadores, pretende presentar una reclamación contra el hospital y el SCS.
Nereida González jamás se imaginó el calvario que ella y su familia vivirían cuando el pasado lunes, 13 de mayo, llevó a su hija Martina al médico porque respiraba con dificultad. La niña de 5 años, que “siempre ha sido delicada de pulmones”, fue trasladada dos días después en una ambulancia medicalizada al área de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) con una neumonía. Fue entonces cuando dio comienzo la pesadilla para esta lagunera y su pequeña.
La madre de Martina ha contado en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS que “estuvimos 24 horas en Urgencias y fue horrible: el calor era insoportable, había muchísima gente y solo una enfermera”. Pese a que al día siguiente le dieron el alta a la menor, el personal sanitario recomendó a su familia que ante cualquier contratiempo volviesen al centro hospitalario “porque vivimos al lado”. “Ese día por la tarde acudí a la consulta de su pediatra para buscar la receta de cortisona y la propia doctora decidió contactar con el HUC porque consideraba que la niña debería estar ingresada”, asegura Nereida, quien al día siguiente se encontraba nuevamente con su hija en el hospital.
Tras pasar por Urgencias, los médicos decidieron pasar a la pequeña a planta donde una de las enfermeras le administró la medicación. La mujer reconoce que “me llamó la atención el tamaño de la jeringuilla, pero estaba tan agotada que no hice mayor hincapié ni pregunté”. Una hora y media después Martina estaba pálida, con dolor de estómago y taquicardias. Su madre avisó ipso facto de lo que ocurría y “un equipo médico vino a la habitación para comunicarnos que la enfermera había cometido un error y le había suministrado a la niña el antibiótico Zithromax, de tres días, en una sola toma”. Automáticamente, fue derivada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Nereida explica con alivio que la menor no sufrió más reacciones y todo salió bien.
Sin embargo, cuando la familia de Martina confiaba en que la situación solo podía mejorar, la ingresaron en una habitación con “unas condiciones lamentables” junto a otro niño diagnosticado de gripe A. “El techo del baño estaba lleno de humedades y las manivelas de las camas no se podían mover”, afirma. Motu proprio, la enfermera trasladó a los afectados a otra habitación con la ayuda de otros trabajadores.

Finalmente, Martina recibía el alta hospitalaria ayer por la tarde, pero Nereida, su madre, está dispuesta a tomar cartas en el asunto. “He hablado con varias enfermeras, incluida la que cometió el error con la medicación de mi hija, y todas coinciden en la saturación que sufren días tras días en el HUC”, indica. “No podemos más”, fueron las palabras de estas trabajadoras ante el reclamo de la mujer. Al parecer, según ha podido averiguar esta lagunera, mayo suele ser un mes de vacaciones en el centro hospitalario y “no quieren cubrir vacaciones”. De hecho, se trata de uno de los motivos por el que los trabajadores del HUC han convocado la huelga prevista para este próximo mes de junio.
Nereida hace especial hincapié en que su queja y malestar no va dirigido hacia las enfermeras que atendieron a su hija, sino la “situación de desbordamiento que vive el personal del HUC y que afecta, directamente, a los pacientes”. Ahora, la madre de Martina prepara, gracias a información facilitada por Intersindical Canaria y varias enfermeras, una reclamación que interpondrá ante el citado hospital y el Servicio Canario de la Salud (SCS). “El fallo fue resultado de una mala gestión y, con el caso de mi niña, quiero mostrar el colapso que sufre el HUC y que, por desgracia, también afecta a los más pequeños”, concluye.