El Covid ya suma casi 120 millones y más de 2,5 millones de fallecidos podría no ser la peor pandemia que uno se pudiese imaginar en el escenario actual. Así lo manifiesta en una entrevista en Bloomberg el investigador alemán, Ugur Sahin, director ejecutivo de la compañía BioNTech SE, que desarrolló junto a Pfizer la primera vacuna contra la COVID-19 en ser aprobada por la Unión Europea.
Ugur Sahin, que recibió la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania hace pocas semanas, asegura en la entrevista que “el mundo haría bien en prepararse para una próxima pandemia”. Sahin sostiene que el coronavirus “no es el peor brote inimaginable” y que las futuras pandemias podrían ser más devastadoras.
Por ello, el doctor de origen turco explica que el objetivo de preparación debería ser que “los fabricantes de medicamentos y los gobiernos tengan capacidad de producción para inmunizar al mundo entero dentro de los tres meses posteriores al desarrollo de una inyección”, algo ambicioso tal y como se encuentra la vacunación contra el coronavirus en el planeta.
“No estábamos preparados para fabricar dosis suficientes para toda la población de este planeta» explica Sahin, quien añade que debe haber un cambio: “Necesitamos estar preparados no solo para desarrollar una vacuna rápidamente, sino también para producir dosis suficientes «. Para llegar a ello, Sahin apuesta por la colaboración público-privada.
La previsión del investigador de 55 años es que se puedan producir dosis suficientes para todo el mundo el próximo año y, concretamente, que Pfizer y BioNTech puedan llegar a producir 3.000 millones de dosis en 2022.
Sahin señala en la entrevista que esta tecnología puede tener diversos usos en el futuro, ya que se podría instruir a las células para que fabricasen cualquier tipo de proteína, con lo que se convertirían “pequeñas fábricas de medicamentos”. Esto podría ser útil en inmunoterapia contra el cáncer, medicina regenerativa, enfermedades autoinmunes, alergias y enfermedades raras.