La pandemia por coronavirus significó un antes y un después para las finanzas mundiales. Los paradigmas han tenido que cambiar radicalmente para sacar a flote las finanzas internacionales que sufrieron una caída histórica, obligando a buscar nuevas oportunidades de inversión mucho más seguras y rentables.
El 2021 inició con gran incertidumbre. A pesar de la esperanza que representan las vacunas, la posibilidad de una tercera ola de contagios ha inhibido a los inversionistas, que esperan tener señales más claras sobre el comportamiento que tendrá el mercado de valores y los índices inflacionarios internacionales para este periodo.
Con todo y lo anterior, el Banco Mundial estima un crecimiento económico mundial de alrededor de 4 por ciento para 2021. Pero para lograrlo serán necesarias políticas que controlen efectivamente la pandemia, pero que también equilibren la oferta y la demanda, que en 2020 entraron en shock por la contracción de la actividad.
Para Gabriele Blei, CEO del gigante italiano de la administración del ahorro privado Azimut Holding, la respuesta está en la economía real, así como en la diversificación de inversiones en diferentes áreas.
Azimut Holding es una empresa italiana con presencia en 17 países de todo el mundo. Tan solo en febrero de 2021, registró ingresos netos orgánicos positivos por 462 millones de euros, lo que elevó las entradas netas desde principios de año a mil 100 millones de euros. Los activos totales administrados actualmente por esta compañía ascienden a 69.9 mil millones.
Gabriele Blei manifestó que si bien los dos primeros meses del año marcaron una buena evolución en los mercados financieros internacionales, hay tres “reglas de oro” a seguir para administrar e invertir el capital en estos momentos.
“Hoy más que nunca, el inversor consciente debe disponer de una cartera diversificada con exposición a activos alternativos, que presupone un horizonte de inversión a medio-largo plazo y que tenga en cuenta una posible, aunque gradual, subida de tipos de tasas de interés y retorno de la inflación”, explicó el experto en asesoramiento sobre gestión e inversión de capital.
Consideró que la subida de la inflación este año será superior a la estimada por los Bancos Centrales, aunque es improbable llegar a una hiperinflación “al estilo de Weimar”. De cualquier forma, advirtió que en el supuesto de ese escenario, el resultado sería inevitablemente un empobrecimiento drástico de toda la población. Y la riqueza más afectada sería la representada por los bonos, mientras que activos reales como bienes raíces y metales preciosos, o representativos de activos reales como las acciones, serían menos perjudicados.
Por ello, recomendó incrementar la participación y las inversiones en la economía real, pues se reduce la correlación con las fluctuaciones a corto plazo. “Es fundamental tener una cartera bien diversificada tanto por clase de activo como por exposición geográfica. Desde hace algún tiempo perseguimos la necesidad de revisar la asignación de activos con el fin de generar rentabilidades positivas a medio y largo plazo”, enfatizó Gabriele Blei.