La vasta diversidad de nuestro planeta continúa dejándonos sin palabras. Recientemente, un grupo de científicos de Nueva Zelanda ha anunciado el hallazgo de una especie marina desconocida, encontrada a más de 3.500 metros de profundidad en el océano. El equipo, impactado por la singularidad de su descubrimiento, la nombró «La Cosa».
Durante una expedición de tres semanas en la fosa submarina Bounty, ubicada al este de la Isla Sur de Nueva Zelanda y que se extiende por más de 800 kilómetros, los investigadores se dedicaron a estudiar la biodiversidad y los ecosistemas de aguas profundas. Esta misión fue liderada por el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera (NIWA) de Nueva Zelanda.
El equipo se encontró con una criatura de aspecto peculiar, a la que decidieron llamar «La Cosa». A pesar de contar con especialistas en invertebrados marinos, el organismo no coincidía con ninguna especie conocida hasta ese momento.
Sadie Mills, bióloga marina y directora de la expedición, describió la extraña criatura: «Parecía una estrella de mar, pero también tenía características que recordaban a una anémona o incluso a un octocoral. Sin embargo, los primeros análisis de ADN no coincidieron con ninguna especie registrada previamente».
Tras realizar un análisis genético más exhaustivo, se determinó con un 99% de certeza que se trataba de una variante de Oligotrema irya, una especie de ascidia abisal también conocida como ascua marina. Este fue el primer registro de esta criatura en las aguas de Nueva Zelanda.
Las ascidias son invertebrados capaces de contraer sus sifones para expulsar agua como mecanismo de defensa ante estímulos externos. Estos organismos pueden habitar tanto en zonas poco profundas como en áreas profundas de las plataformas continentales.