Actualmente, Adlib es más que una marca de ropa, hablamos de un auténtico referente de la moda, que refleja la tradición, cultura e historia de Ibiza. Durante generaciones, estas prendas han dado la vuelta al mundo, logrando cambiar la manera de concebir la industria.
Su nombre hace referencia a la expresión latina “Ad Libitum”, lo cual se traduce en “viste como quieres, pero con gusto”. Esta frase representa el lema que define a cada uno de los clásicos vestidos blancos Adlib, así como al resto de sus propuestas.
Más de cinco décadas marcando tendencia
La historia de Adlib está vinculada, de forma directa, a la vestimenta tradicional ibicenca. Su filosofía es una expresión clara de la multiculturalidad de Ibiza, ya que fusiona lo más destacado de la moda autóctona, con la influencia ejercida por la cuajada de artistas y de visitantes provenientes de diferentes partes del mundo.
De esta forma, aunque se considera innovadora y especialmente capaz de ajustarse a las tendencias, prioriza el respeto hacia la filosofía de uno de los lugares más cosmopolitas de Europa.
En general, la moda de Adlib se compone de vestidos Ibicencos inspirados en los mantones que utilizaban las mujeres durante la década de los 60, un estilo que cautivó a los primeros turistas de la isla, gracias a la combinación de los exquisitos refajos de algodón, las zapatillas de esparto y los clásicos sombreros de paja.
El origen de un concepto revolucionario
Aunque en la actualidad, Adlib tiene presencia internacional, sobre todo en lo que respecta a vestidos de novia Ibicencos, hablamos de una marca propia de Ibiza, cuyo origen se remonta a los años 60.
Si bien desde el principio de la década las mujeres desfilaban piezas de la marca por las calles de la isla, la celebración de la I Semana de la Moda de Ibiza en 1971 sirvió para marcar el inicio de un éxito sin precedentes.
A diferencia de otras casas de moda, Adlib no necesito de grandes eventos para plasmar su impacto en el mundo de la moda, de hecho, sus principales pasarelas fueron escenarios cotidianos, desde parques y plazas, hasta el campo, las canchas de golf y las playas.
Todo ello fue posible gracias a la actuación conjunta de diseñadores, creadores, costureras y mujeres ibicencas, que se encargaron de enaltecer el valor del trabajo artesanal y su capacidad de transformar materiales toscos por naturaleza, en piezas delicadas.
Crecimiento y evolución
La moda ibicenca marcó un hito en la industria en múltiples aspectos, uno de ellos fue su enfoque centrado en la defensa de la libertad femenina, así como en la frescura y autenticidad de la belleza natural.
Este nuevo estilo atrajo a numerosas personas influyentes, entre ellas, Smilja Mihailovitch. La «princesa» yugoslava se convirtió en la embajadora de la marca. Gracias a su colaboración, el estilo ibicenco logró posicionarse como reemplazo a la tendencia impuesta liderada por la uniformidad de las prendas.
Pero su impacto no estuvo únicamente limitado a la industria de la época, la irrupción de la innovadora propuesta, trajo consigo la creación de muchas fuentes de empleo para las mujeres de la isla, quienes disfrutaron la oportunidad de generar dinero e independizarse económicamente.
Moda Adlib, un icono de la moda ibicenca
Sin duda, hoy en día la moda Adlib es más que una tendencia. La forma magistral de combinar tradición y artesanía ha permitido su consolidación como un símbolo de Ibiza y un referente internacional de estilo.
Durante décadas, el concepto inicial se ha ido adaptando a los tiempos. Sin embargo, mantiene viva su esencia a pesar de la constante evolución, esa que expresa las cualidades de un estilo de vestir propio y distintivo, caracterizado por el uso de tejidos naturales.
La moda Adlib utiliza los elementos de la vestimenta tradicional ibicenca, para crear piezas de siluetas sencillas y fluidas, lo que favorece la comodidad, frescura y libertad de movimiento.
Los detalles artesanales aportan un toque único y personalizado. Por ello, sin importar el diseño, todas las prendas tienen en común el uso de encajes, bordados, y puntillas hechas a mano, que junto al predominio del blanco, beige y tonalidades tierra, dan como resultado obras elegantes y atemporales.