Por ZENAIDO HERNÁNDEZ
La llamada y tristemente conocida polilla guatemalteca (Tecia solanivora), plaga que se detectó por primera vez en el norte de Tenerife en 1999, sigue causando daños irreparables en el cultivo de la papa. Se estima que a lo largo de estas semanas llegarán al vertedero de Arico más de 500 toneladas del preciado recurso, siguiendo el protocolo que el Servicio de Sanidad Vegetal del Gobierno de Canarias y el área de Agricultura del Cabildo de Tenerife han diseñado, estableciendo contenedores para su recogida en Los Realejos, La Orotava, San Juan de la Rambla y sur de Tenerife. La inutilización de esa producción requiere más de 20.000 euros.
Las condiciones agroambientales que se han registrado a lo largo del cultivo -altas temperaturas en febrero y bajas precipitaciones en abril y mayo- han brindado las mejores condiciones para que la polilla se reproduzca a sus anchas y acabe con los tubérculos. Las pérdidas que en secano superan el 60% y no bajan del 30% en regadío, llevan al abandono en parcelas, quedando la cosecha bajo tierra, al no resultar económicamente viable la recogida. Téngase en cuenta que se suele recurrir al trabajo colaborativo (trocapeón o gallofa) en el momento de la cosecha y que de un tiempo a esta parte esa prestación ha derivado en actividad encubierta, casi clandestina, por la estricta vigilancia y el extendido temor a la imposición de sanciones al considerarlo actividad lucrativa y no regulada fiscalmente. Los agricultores solían compensar al prestador de ayuda con una comida y la recurrente raposa de papas y, a tenor de los resultados, la cosecha no permite tal correspondencia.
El Taller Internacional de la Polilla Guatemalteca, celebrado en su cuarta edición en la primera quincena del pasado mes de junio en La Orotava, con la participación de investigadores de Canarias, Ecuador, Colombia, Perú y Galicia, permitió conocer y avanzar en los trabajos que se han diseñado para controlar la amplia expansión que ha alcanzado la plaga, presente también en la isla de Gran Canaria.
Para los gallegos, la evolución y arraigo de la tecia en Canarias es “un ejemplo de libro; un paradigma”, y así, partiendo de nuestra experiencia han diseñado un plan de control que les permitió, tras su detección en 2017, establecer el férreo control. Las directrices del programa que estableció la Xunta y la actuación del Seprona, controlando todo movimiento del producto, vigilando incluso el traslado en coches particulares, les ha llevado a contener la polilla.
Los trabajos desarrollados en nuestras islas confirman la poca eficacia de los tratamientos químicos y se contempla adoptar el método de control attract and kill (uso de feromona e insecticida), que permite reducir las poblaciones. El éxito que esa técnica está deparando en Perú -con la, aplicación de una gota en el envés de la planta, a razón de una dosis/ 4m2-, ha permitido controlar a las polillas Phthorimaea operculella y Symmetrischema tangolias, que son “plagas estrella” en dicho país, como señaló la investigadora peruana del CIP Heidy Gamarra. Las investigadoras del ICIA Ana Piedra-Buena y Estrella Hernández han diseñado su aplicación en campo, al tiempo que se trabaja en el empleo de enemigos naturales autóctonos, trabajo que está desarrollando el investigador Tomás Martín de BioagroLógica.