Conmoción en Estados Unidos tras la muerte por COVID-19 de la niña Tagan, de 5 añitos y natural de Texas, apenas 15 horas después de ser diagnosticada con el virus.
Los vómitos y un preocupante estado de cansancio alertaron a sus padres, que la llevaron a urgencias, donde le hicieron el test de COVID-19 y dio positivo. Sin embargo, decidieron no ingresarla.
Según explican a la NBC News, Lastassija White y Quincy Drone, los médicos del hospital les dijeron que la mayoría de los niños son asintomáticos y que, por tanto, no suelen tener problemas por culpa del virus. Es decir, la mandaron a casa.
La niña no tuvo en ningún momento síntomas comunes de coronavirus -tos o fiebre- y dormía en su casa. Pocas horas después, los padres se percataron de que estaba “inconsciente y casi no respiraba”.
Fue entonces cuando dieron la voz de alarma. Un equipo médico se trasladó a la residencia familiar, pero solo pudieron confirmar el fallecimiento de la pequeña.
“Era tan exigente con el uso de la mascarilla que era ella la que nos avisaba cuando se nos olvidaba ponérnosla en algún momento”, explica su padre.