Los ETF son uno de los métodos de inversión más utilizados en todo el mundo. Los llamados fondos cotizados en bolsa (ETFs) ofrecen un instrumento que oscila entre los fondos tradicionales y las acciones. ¿Y en qué se diferencian de un fondo de inversión?
Además de ofrecer una participación en una cartera diversa de activos, permiten movimientos bursátiles comunes, como poder entrar y salir del fondo con una sola transacción. Esto ofrece una mayor flexibilidad de inversión. Por esta razón, los ETFs se han convertido en una forma popular de invertir el dinero que le sobra a la gente.
Los ETFs funcionan de forma similar a cualquier acción, permitiendo realizar operaciones a través de un bróker, con diferentes estrategias. Hay fondos de renta variable, de renta fija o incluso mixtos, por lo que pueden resultar atractivos para todo tipo de perfiles de inversor. Además, los ETFs suelen ser fondos indexados, lo que significa que su política de inversión replica la evolución de índices como el IBEX 35 o el S&P 500, entre otros.
Cómo funcionan los ETFs y cómo invertir en ellos
Los índices bursátiles sirven como una medida del rendimiento de un grupo de activos en el mercado. Así, son las empresas que componen el índice las que determinan su comportamiento en bolsa, por lo que invertir en un índice significa tener una participación en todos sus activos. Esto es lo que ocurre con los ETFs, cuya misión es replicar lo más fielmente posible el comportamiento del índice al que están vinculados.
Por tanto, al invertir en un ETF estás invirtiendo en un grupo de activos, de forma similar a lo que ocurre con un índice. Esto ofrece un alto grado de diversificación de la inversión realizada, repartida entre las distintas empresas que componen el fondo.
Dependiendo del método que siga el ETF en cuestión, el número de inversiones será mayor o menor; no es lo mismo replicar el rendimiento del S&P 500 que el del DAX 40. Estos fondos pueden incluir todo tipo de sectores, desde los mercados internacionales hasta las criptodivisas.
Invertir en ETFs
Para invertir en un ETF, el proceso es prácticamente el mismo que para invertir en acciones. Una vez que hayas decidido cuánto capital vas a dedicar a la operación, tienes que contratar los servicios de un bróker especializado para que lleve a cabo las órdenes de compra y venta que desees realizar. El propio intermediario puede ofrecerte las mejores opciones de ETFs para invertir, por lo que el proceso es idéntico al de cualquier otra acción.
Riesgos de invertir en ETFs
Aunque los ETFs se han convertido en uno de los principales métodos de inversión actuales por la diversificación que ofrecen, la facilidad de acceso a distintos sectores y su flexibilidad en la negociación, también son un método que conlleva riesgos. Como tales, las fluctuaciones del mercado también pueden afectar a los ETFs, por lo que es esencial tomar las medidas adecuadas para proteger tu inversión, como con cualquier otra operación bursátil.
Este artículo se ha redactado en colaboración con la plataforma de inversión DEGIRO.
La información de este artículo no se ha redactado con fines de asesoramiento, ni pretende recomendar ninguna inversión. Ten en cuenta que los hechos pueden haber cambiado desde que se escribió originalmente el artículo. Invertir conlleva riesgos (por ejemplo, volatilidad de precios, riesgo de divisas o de liquidez). Puedes perder los fondos invertidos. Ten en cuenta tus conocimientos y experiencia a la hora de tomar decisiones de inversión. Los resultados pasados no son un indicador fiable de los resultados en el futuro. Los mercados son volátiles y pueden fluctuar significativamente debido a acontecimientos económicos, políticos, normativos o de otro tipo.