Un vuelo a Tenerife, que partía desde Manchester, se convirtió en una verdadera pesadilla para Jemma Grieves, azafata de EasyJet que esta misma semana ha revivido el terror que experimento al declarar ante un juez lo que vivió con dos pasajeros que reconocerse haberse emborrachado en el aeropuerto tomando ocho vasos de whisky y brandy cada uno.
Glynn Martin, de 44 años, y Jason McKiver, de 42, están acusados de haber amenazado a la azafata después de que esta les dijera que, en tal estado, no podían entrar en el avión: “Comenzaron a insultarnos, también a otros pasajeros, desde antes. Cuando les dije que no podían acceder así en el vuelo a Tenerife me dijeron que iban a recordar mi cara, que se me notaba el miedo en ella”.
En declaraciones al Daily Mail, Jemma indica que avisaron a la policía aprovechando que el comandante del avión, David Etchells , logró distraer a una de los pasajeros agresivos: “Jamás me había sentido tan intimidada como con estos dos hombres. Fue una suerte que el capitán ayudara, porque todo podía haber sido muchísimo peor”.
La discusión fue tan acalorada y las amenazas tan graves (uno de ellos le dijo que la conocía) que prefirió no acceder al avión “por primera vez” en su vida: “No habría podido ayudar a los pasajeros en el estado de nervios en el que me encontraba. Era mejor quedar aparte”.
Ahora, un tribunal de la localidad de Bolton será el que decida la pena que puede caerle a los dos hombres, que han reconocido estar borrachos y haber proferido amenazas a la tripulación. Según varios testigos, cuando el comandante del vuelo a Tenerife intervino ante los dos individuos, uno de ellos comenzó a agarrarlo de un hombro en “clara actitud de buscar un enfrentamiento físico”, lo que puede agravar su pena.