La brutal carrera de Pedro Rodríguez está llegando a su fin. Es un hecho y es ley de vida, pese a que esa trayectoria está viviendo un otoño dignísimo en la Lazio de Roma, donde logró 10 goles en la Serie A la temporada pasada, su año más realizador desde que estaba en el Barça y obtenía grandes resultados en la liga española, algo que le valió para renovar por otro año su vínculo con el club transalpino.
Esta será su quinta temporada como ‘laziale’ y, tras haber cumplido 38 años a finales de julio, la acabará a las puertas de los 39. Es evidente que Pedro, que siempre ha sido un profesional impoluto y se ha cuidado hasta el extremo, puede tener cuerda para rato, especialmente si busca acomodo en divisiones menos exigentes. Ahí es donde podría entrar el Tenerife, especialmente si sigue fuera del fútbol profesional español, aunque podría ser un buen movimiento también en caso de ascenso a segunda.
El club tinerfeño si siempre ha estado vinculado de algún modo con una estrella canaria del fútbol que nunca ha jugado en el ‘Tete’, más por concepto, por ideas, por el tremendo cariño de Pedro a su isla, que por vínculo futbolístico real. Que Pedrito jugara en el Tenerife siempre ha tenido un aura de cuenta pendiente, y ayudar al club a volver a lo más alto podría ser un colofón perfecto para la carrera del que fuera campeón del mundo en 2010.
Hay que resaltar el término colofón, y es que el carrerón del atacante canario ha sido de aúpa; ha pasado por Barça, Chelsea, Roma y Lazio, ha disputado casi 500 partidos entre las tres ligas, todas ellas entre el top 4 europeo, en las que ha marcado más de 115 goles. Además, supera las 60 internacionalidades con España y se acerca a la veintena de goles con el combinado nacional.
Con España, de hecho, ha logrado sus títulos más icónicos, el mencionado mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012, aunque ha obtenido también grandes resultados en la Champions League, que ha ganado tres veces con el Barça. Las cinco ligas como culé, la Europa League con el Chelsea o la Premier League como ‘Blue’ tampoco son moco de pavo. Y todo ello siempre con mucho trabajo, mucha pasión, una gran inteligencia táctica y un juego sin balón, tanto en ataque como en conceptos defensivos, del más altísimo nivel, como también lo ha sido siempre su capacidad de definición.
Lo dicho, la de Pedro es una gran carrera que acabaría de forma muy romántica si volviera a Tenerife para jugar en el ‘Tete’, algo parecido a lo que ha hecho su compañero de generación, de batallas y de estatus como leyenda del fútbol español, Santi Cazorla, con su Oviedo, con el que ha vuelto a primera división.