La variante Delta supera el 20% de las infecciones en Tenerife, donde los casos se extienden por todos los territorios y grupos de edad, al tiempo que existen vacunados e inmunizados que se infectan y precisan asistencia hospitalaria, incluso en la UCI. Estas son algunas de las conclusiones del informe de la Dirección de Salud Pública realizado el 8 de julio sobre Tenerife y que ha llevado al Ejecutivo, entre otras medidas, a pedir al TSJC el toque de queda.
Tenerife presenta una evolución “ascendente, rápida y de alto riesgo” y una “situación de transmisión comunitaria descontrolada”, con valores nunca antes vistos en la pandemia.
Hay “una sobrecarga en Atención Primaria por la transmisión y grupos en los que se produce”. La alta transmisión entre jóvenes “está incrementando otros grupos de edad vulnerables” y hay “un porcentaje de hospitalizados con al menos una dosis”.
La variante Delta presenta un “aumento de transmisibilidad y disminución de la efectividad vacunal, sobre todo en pautas incompletas”.
Salud Pública indica que la distribución de los contagios en Tenerife es “muy homogénea” y aunque la población de menos de 45 años presenta mayor incidencia “en los últimos días también ascienden los casos entre los mayores” y hay “personas ingresadas en los hospitales de Tenerife con pautas de vacunación completa e incompleta”.
La autoridad sanitaria avalaba en su informe al Gobierno reforzar las medidas sanitarias correspondientes al nivel 3, porque las establecidas tenían menor capacidad de contención desde que decayó el estado de alarma, el TSJC suspendió las medidas restrictivas en hostelería y restauración y se retiró la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores.