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La comarca de Abona acaba con su histórico problema de escasez de agua

La desaladora de Granadilla, que el Gobierno de Canarias entregó el miércoles al Cabildo, abastecerá a 70.000 personas, aunque está preparada para hacer frente a una demanda de 168.000
Autoridades brindan tras el acto de inauguración en la planta de procesamiento
Las autoridades brindan tras el acto de inauguración celebrado en la planta de procesamiento. Foto: Sergio Méndez

Dice el refrán que brindar con agua trae mala suerte, aunque motivos no faltaron para celebrar, por un lado, la inauguración de la desaladora de Granadilla, que abastecerá la franja costera de la comarca de Abona, y, por otro, la cesión de la planta desde el Gobierno de Canarias, encargado de su construcción, al Cabildo, responsable de su explotación. El acto, que se celebró en la nave principal de procesamiento, estuvo presidido por los representantes de las tres administraciones públicas implicadas en el proyecto: el delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento; el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, y el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, Narvay Quintero. El elenco de autoridades lo completaba el alcalde de Granadilla, José Domingo Regalado.

La nueva estación, que ha supuesto una inversión de 30 millones de euros, a cargo de los fondos Feder de la Unión Europea y del convenio de Obras Hidráulicas Canarias-Estado, abastecerá a 70.000 personas que residen en los municipios de Arico, San Miguel, Arona y Granadilla; concretamente en los núcleos de Las Listadas, Abades, El Porís, San Isidro, El Médano, Las Chafiras, Las Galletas, Golf del Sur, Amarilla Golf, San Blas y Los Abrigos; aunque a la población fija de estas localidades hay que añadir las más de 8.000 camas alojativas que están en servicio.

La capacidad inicial de producción es de 14.000 metros cúbicos diarios, aunque la estructura de la planta -por módulos- permitirá en el futuro su ampliación hasta cuadruplicar la cantidad de agua potable, llegando hasta los 42.000 metros cúbicos cada día, lo que permitiría atender a una población de 168.000 habitantes. De esta manera se hace frente a la demanda de una de las zonas de mayor crecimiento de Tenerife y se reduce la presión sobre los recursos hídricos subterráneos de la Isla.

Además de un recorrido por las instalaciones, los asistentes tuvieron la oportunidad de ver un vídeo explicativo con la puesta a punto de la estación y sus prestaciones, en el que se incidía en la “excelente calidad” del producto final y sus “costes competitivos”. La infraestructura, que está conectada a la red eléctrica, está compuesta por una nave de procesamiento, que alberga el sistema de ósmosis inversa; nueve pozos (de los que siete ya están funcionando) equipados con bomba sumergible para el primer filtrado natural del agua; una planta de mineralización parcial y otra de depósito, con capacidad para 7.000 metros cúbicos del que aspiran dos bombas para elevar agua producida hasta un gran depósito de cabecera situado a cuatro kilómetros y a 203 metros de altura.

La nueva desaladora está situada en una parcela de 16.000 metros cuadrados en el Polígono Industrial de Granadilla. Foto: Sergio Méndez

En el turno de intervenciones, Hernández Bento destacó el “compromiso” del Gobierno de España con una obra que, recordó, fue declarada de interés general y que salió adelante en un momento de restricciones económicas. Por su parte, el consejero Narvay Quintero subrayó que la desaladora permitirá que el sector primario tenga más recursos disponibles en los acuíferos del Sur y pidió al Estado la misma sensibilidad en el nuevo convenio sobre obras hidráulicas que ya se negocia entre los Gobiernos central y canario.

El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, señaló que la infraestructura representa un ejemplo de coordinación entre tres administraciones -“cuando se quiere, se puede”, dijo- y destacó que permitirá “rebalancear” los recursos hidráulicos en esta zona de la Isla. El alcalde, José Domingo Regalado, afirmó que la planta desaladora realza, aún más, la importancia de Granadilla de Abona como municipio “llamado a convertirse en el motor económico de la Isla y de Canarias en las próximas décadas” por su potencial “industrial, turístico y agrícola”. En el acto también estaban presentes, entre otros, el director general de Aguas, Juan Ramón Felipe; el consejero insular Manuel Martínez y el exalcalde de Granadilla Jaime González Cejas.

¿En qué consiste la tecnología de ósmosis inversa?

La nueva desaladora, la tercera de gestión pública en la Isla, después de la de Adeje-Arona y Santa Cruz, funciona las 24 horas y utiliza la tecnología de ósmosis inversa. Este método consiste en membranas desarrolladas en el interior de un cilindro por el que circula el agua de mar a alta presión (60 atmósferas). El material permeable tiene forma de bolsa y llega hasta un conducto central. El 40% del caudal traspasa las membranas y entra en la bolsa. En su interior, un separador impide el contacto y facilita la circulación del agua osmotizada hacia el conducto central, almacenándose en un depósito, previa mineralización. El agua rechazada acumula toda la sal y se devuelve al mar a través de un emisario de 225 metros de longitud.