La segunda parte de la legislatura autonómica tiene dos citas tan inmediatas como relevantes del PP y NC con el PSOE, y ambas se celebran mañana y pasado, respectivamente, en Gran Canaria. Será en esa Isla donde los presidentes del Partido Popular, Asier Antona, y el de Nueva Canarias, Román Rodríguez, reciban al nuevo secretario general del PSC-PSOE, Ángel Víctor Torres, que ya el pasado viernes mantuvo un encuentro con el secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, su homóloga de Podemos Canarias, Noemí Santana, y el presidente de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo.
Esta ronda tiene su raíz en el afán de Torres por aparentar que los socialistas canarios abren un nuevo camino, para así alejarse progresivamente de la línea hostil a CC derivada de la fulminante ruptura que los coalicioneros llevaron a cabo cuando, en diciembre pasado, rompieron el pacto de gobierno que ambas fuerzas políticas suscribieron en el Archipiélago.
Para sorpresa general (y notable enfado entre las filas del propio PSOE, especialmente en Tenerife), Torres parece haber olvidado el maltrato dado por Coalición a los suyos, tanto en el Ejecutivo regional (limitaciones presupuestarias para las consejerias socialistas inclusive) como en distintos ayuntamientos (moción de censura en Granadilla de Abona, sin ir más lejos).
El hecho de que no haya convocado a la presidenta del Grupo Parlamentario regional, Patricia Hernández, a esta ronda de contactos es interpretado en la misma línea.
Los especialistas entienden que en Torres pervive una visión meramente grancanaria de la política regional, y eso le lleva a magnificar la bonanza de un acuerdo de CC, insignificante en aquella Isla. Por contra, tal acercamiento es una catástrofe para sus compañeros tinerfeños.