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carnaval 2020

Santa Cruz abre el debate del protocolo ante la calima

El Gobierno regional hace recomendaciones a los municipios sobre todos los fenómenos adversos, excepto en el caso del polvo en suspensión, donde solo aconseja a la población

La calima no impidió que miles de personas se congregaran el domingo en Santa Cruz. @carnavaldetenerife

La calima no frenó a los carnavaleros ni el sábado ni el domingo. FOTO: Fran Pallero

¿Es necesario que Canarias cuente con un protocolo de actuación específico para los episodios de calima? Para el Ayuntamiento de Santa Cruz la respuesta a esta pregunta es clara: sí. Sin embargo, para el Gobierno de Canarias no solo no es necesario, sino que descarga en los municipios la toma de decisiones sobre este fenómeno que, por lo general, no afecta a una única localidad cuando se decreta la alerta. Y es que si el primero se apoya en la falta de estos protocolos que sirvan de apoyo en la toma de decisiones a la hora de suspender actos como el Carnaval de Día del pasado domingo, el segundo entiende que el Consistorio tenía suficientes datos para tomar la decisión que creyera conveniente.

La realidad es que los distintos protocolos de seguridad que se han ido implementando con el paso del tiempo han obedecido a fenómenos previos para los que no se estaba preparado. En el caso de la calima, a pesar del riesgo que supone para la salud, en ninguno de los planes de emergencias en vigor, se recogen medidas que vayan va más allá de la recomendaciones personales, es decir, de las que se hacen directamente a la ciudadanía.

En el propio Plan Específico de Protección Civil y Atención de Emergencias de la Comunidad Autónoma de Canarias por Fenómenos Meteorológicos Adversos, mientras se detallan recomendaciones a los municipios para todos los fenómenos recogidos en el citado plan, como son inundaciones, vientos y fenómenos costeros, las mismas que a los Cabildos, a los que se les añaden nevadas/temperaturas mínimas y temperaturas máximas, no lo hace para casos de calima. En este último fenómeno, la recomendaciones son exclusivamente para la población. El mismo documento, en el apartado de medidas de protección, se establece que ante situaciones de alerta, un de ellas sea el cese de actividades, concretamente de aquellas susceptibles de generar riesgos o que se vean afectadas directamente por la emergencia. Así, como acciones más representativas en las que las autoridades de protección civil deben evaluar los riesgos, se detallan la actividad docente, incluida escolar o extraescolar, actividades sociales o eventos multitudinarios, actividades deportivas, comerciales, de transporte o laborales.

“Esta suspensión debe ser realizada, en primer lugar, por los responsables directos de dichas actividades” y, en el caso de que no lo hiciera, lo haría la autoridad superior de forma subsidiaria. Sin embargo, de haberse aplicado este punto en el Carnaval de Día, a las tres de la tarde, cuando el episodio de calima comenzó a ser más intenso, se tendría que haber procedido a evacuar a la población congregadas en las calles, y en este caso, el Plan establece que “el traslado masivo de la población que se encuentra en la zona de mayor riesgo hacia zonas seguras y alejadas de la misma”, algo que en el caso de la calima afectaba a toda la Isla. “Se trata de una medida definitiva, que se justifica únicamente si el peligro al que está expuesta la población es elevado. Dicha acción conlleva grandes repercusiones sociales, por lo que solo se adoptará en los casos en que se considere totalmente necesario. La decisión será tomada por el Director del Plan”, es decir, por parte del Gobierno de Canarias. Se establece que “los Planes de Emergencias de las Administraciones Locales han de prever la determinación de las zonas pobladas más expuestas, su mecanismo de aviso, alerta o información, sus vías de evacuación y lugares adecuados de alojamiento y albergue”. Parece claro que cuando se habla de calima la aplicación de estos criterios se hace prácticamente imposible. Por tanto, cabe preguntarse de nuevo si no será necesario un protocolo específico en caso de contaminación atmosférica como la sufrida.

Pleno

Ayer, el PP trató de abordar en el Pleno este asunto con un moción fuera del orden del día. Lo intentó hasta en cuatro ocasiones en base a distintos artículos del Reglamento de la Administraciones Locales. Argumentos que fueron rechazados por el secretario del Pleno, por lo que la moción, en la que pedían que se abriera una comisión de investigación, no se debatió.