El post-confinamiento tras la pandemia de Covid-19 produjo un desbordamiento de los espacios naturales de la Isla, como es el caso de Punta de Teno, en Buenavista del Norte. Ante la masificación de personas y vehículos, el Cabildo de Tenerife adoptó “medidas inmediatas” como reducir los aparcamientos en el lugar pero que no resultaron suficientes. Lejos de mermar, las aglomeraciones fueron aumentando y la sobrecarga y demanda en estos espacios ha obligado a tomar decisiones que quizás, no sean del agrado de todos los ciudadanos.
Así, se ha decidido endurecer las restricciones de acceso a Punta de Teno los fines de semana ante la masificación de coches que se produce en este espacio protegido y ante las peticiones de su alcalde, Antonio González Fortes, para evitar un daño ambiental “considerable”.
La consejera del Medio Natural, Isabel García, confirma que está listo el proyecto para modificar el acceso, que será solo en transporte colectivo (línea 369 de TITSA), tal y como ocurre en la actualidad, y de 09.00 a 20.00 horas. El resto del día se cerrará la barrera con un disco de prohibido que pondrá ‘solo autorizados’ es decir, que únicamente podrán acceder al lugar por la TF-445 las personas que viven o trabajan allí.
La previsión era llevar el martes esta propuesta a la comisión de gobierno que finalmente se suspendió y con toda seguridad, se abordará la próxima semana.
Esta decisión se adopta porque el mayor problema se produce a partir de las ocho de la tarde o a primera de la mañana, cuando todavía pueden llegar muchos vehículos camperizados que aparcan en el lugar, copan todas las plazas y se produce un conflicto porque las personas autorizadas (como los pescadores o empresarios del sector turístico) no tienen donde dejar su coche.
Isabel García asegura que se barajaban otras alternativas, pero dada la afluencia y la orden que tienen las administraciones de evitar las aglomeraciones y evitar posibles contagios de Covid-19, “no ha quedado otra opción”. En cualquier caso es una medida temporal, aclara.
Según la consejera, el alcalde le propuso otras, como reservar aparcamientos a quienes viven o trabajan en el parque, pero tras consultar con los técnicos consideró que además de ser “injusto” no es competencia de la administración pública “ni respeta los derechos de todos”. Otra opción era cerrar los aparcamientos que también se descartó.
“El Cabildo no ha estado inactivo en ningún momento, hemos estado encima del problema, negociando y hablando con todos los sectores”, insiste.
Antonio González manifiesta su preocupación porque está masificando una zona muy sensible y el daño medioambiental que se le está haciendo a este espacio natural protegido es “bastante considerable”.
El mandatario local reconoce que siempre ha tenido oportunidad de hablar con la consejera, compartir impresiones y las conversaciones “son bastante fructíferas”, pero en estos casi dos meses y medio “no se ha tomado ninguna decisión”.
“Llevamos desde el 30 de mayo trasladándole el problema y las imágenes y esperando por una decisión que todavía no llega”, asegura González. Sin embargo, García asegura que el alcalde sabía que la propuesta iba al citado órgano insular.
El Consistorio, obligado a cortar el acceso al tráfico rodado en las playas
La masificación de personas y de coches, fundamentalmente los fines de semana, también se repite en el resto de la costa del municipio, en concreto, en las playas de Las Arenas, Las Mujeres, El Fraile y el charco de El Rayo, razón por la cual el Ayuntamiento se ha visto obligado a tomar medidas para regular estos espacios, controlar, en la medida de posible, la cantidad de gente que acude y garantizar la seguridad de los usuarios.
Antonio González confirma que desde hace tres semanas se ha empezado a cortar el acceso rodado a las playas del municipio que son “zonas de baño pequeñas, con acceso restringido que se encuentran atestadas de personas y esa masificación se puede tornar peligrosa”.
Tampoco le ha quedado otra alternativa, puesto que la costa de Buenavista “es imposible” de regular por turnos y aforo, por la diferencia de mareas, y no hay personal suficiente para controlar kilómetros de costa virgen.