Existen terribles historias sobre familias asesinas que a causa de los horrores que manifestaron los testigos de sus actos generaron grandes polémicas sociales. A nivel mundial, los casos que contaremos fueron documentados y fueron noticia en gran cantidad de medios de comunicación a nivel mundial.
Casos como los de los Hermanos Harpe fueron por mucho tiempo primera plana en periódicos y revistas que sacaban partido del amarillismo de tales masacres o actos macabros.
Los Hermanos Harpe
Los hermanos más temidos en el ranking de familias violentas y brutales fueron ellos. Se convirtieron en la mayor fuente de inspiración de historias de asesinatos familiares. Su existencia era desconocida hasta que participaron en la Guerra de Independencia de Estados Unidos luchando contra las fuerzas británicas.
Estos hermanos, conocidos como los ángeles del mal, desertaron de su servicio militar al percatarse de que formaban parte del bando perdedor de aquella guerra. Fueron entonces reclutados por bandas de forajidos que, mayormente, estaban conformados por indígenas u otros delincuentes que atacaban indiscriminadamente a personas de origen europeo y nativos. Cansados de la compañía de los indígenas y de su reputación violenta decidieron crear su propia organización criminal, integrada únicamente por ellos dos.
Antes de consolidarse como un dúo temible, celebraron su unión mediante el secuestro y la persecución de dos mujeres. Gracias a su experiencia en el servicio militar, eran expertos en el manejo de armas, y siempre portaban rifles, cuchillos y hachas de guerra. Con estas armas, llevaron a cabo terribles crímenes, incluyendo el asesinato de sus propios hijos.
Por todos estos crímenes es evidente que estos criminales fueron más que merecedores de ser considerados como los peores en la historia de familias asesinas.
Los Podkopáev
Adentrándonos en las despiadadas leyendas de la Rusia más brutal, nos topamos con una peculiar familia conocida como los Podkopáev. Esta familia, de clase media, estaba compuesta por Román Podkopáev, un respetable dentista de 35 años, y su esposa Inessa Tarverdiyeva, una profesora de enfermería de 46 años. Juntos eran padres de dos niñas, una de ellas menor de edad.
A pesar de no enfrentar problemas económicos, en 2009 esta familia experimentó un cambio drástico al convertirse en una de las más aterradoras de la época. Comenzaron a disfrutar de actividades delictivas en conjunto, padres e hijas, en busca de dinero y por simple diversión en familia.
Entre sus horrendos crímenes se encontraban el asesinato de tres personas, varios policías y de algunos menores de edad, incluso la muerte de una familia entera. Las autoridades rusas no lograban capturar a estos criminales que operaban en ciudades como Rostov y Stavropol, separadas miles de kilómetros.
El fin de estos asesinos en serie llegó cuando, en su último atraco, entraron a la casa equivocada y se encontraron con un soldado retirado. En el enfrentamiento, la madre y la hija menor perdieron la vida, mientras que el padre y la hija mayor intentaron escapar. Sin embargo, la policía abatió a Román y su hija resultó gravemente herida.
Los Hermanos Briley
En la escalofriante lista de familias asesinas, los hermanos Briley se destacan por ser particularmente sanguinarios. Sus crímenes parecen sacados de las peores películas de Hollywood, y comenzaron sus fechorías desde muy jóvenes.
Linwood Briley, el líder del trío, cometió su primer asesinato a los 16 años, cuando mató a un vecino con sus propias manos. Tras pasar un año en prisión, él y sus hermanos, James y Anthony, formaron una banda de criminales a la que también se unió otro cómplice. Este despiadado grupo seleccionaba a sus víctimas al azar, a quienes luego violaban y asesinaban utilizando métodos brutales, como aplastar sus cabezas con ladrillos.
En tan solo siete meses, se convirtieron en una de las bandas de asesinos más temidas del mundo, cobrándose la vida de varias personas. Cabe destacar que muchas de sus víctimas eran mujeres desamparadas, incluso una de ellas con un hijo de cinco años. Las únicas personas que sobrevivieron a sus ataques fueron víctimas de envenenamiento por gases o quemaduras.
Al final, Linwood y James fueron condenados a muerte. Pero antes de enfrentar su terrible destino, lideraron un grupo de seis convictos en una fuga del corredor de la muerte, siendo los únicos en lograr tal hazaña hasta el día de hoy. A pesar de convertirse en prófugos de la justicia, finalmente fueron capturados y fusilados.