El testimonio de Alejandra Luis Afonso, una joven tinerfeña de 36 años, es una luz que demuestra que un cáncer no es el final, que la vida continúa y hay esperanza para todos. Pese a que se le diagnosticó un cáncer de mama el día de su 31 cumpleaños, su ilusión por ser madre ha podido con las operaciones y las sesiones de quimio y radioterapia. En 2020 detuvo su tratamiento para ser madre y ahora cuida con alegría de su pequeño Rodrigo. Una experiencia que disfruta día a día, sin mirar mucho el futuro, pero con la posibilidad abierta de poder darle quizás pronto un hermanito o hermanita.
La tinerfeña vivía y trabajaba en Madrid cuando le diagnosticaron el cáncer de mama: “Fue el día de mi 31 cumpleaños, el 31 de diciembre. No es lo normal a mi edad, pero me noté un bultito en el pecho derecho y acudí al médico. Me hicieron la biopsia y confirmó que era malo. Me había casado un año antes de conocer que tenía cáncer. Todo el proceso y el tratamiento lo hice en Madrid. Me quitaron el tumor y dos ganglios que salieron limpios, y me dejaron la mama. Sin embargo, el especialista se quedó con la duda, era un tipo de tumor que no le cuadraba con mi edad. Enviaron una muestra a Holanda y resultó que tenía un alto riesgo de metástasis. Al final tuve que pasar por el tratamiento completo, 20 sesiones de quimioterapia, 20 de radioterapia y cinco años de tratamiento hormonal”.
La preocupación de Alejandra era que quería ser mamá y sufría ante la probabilidad de quedarse estéril por la quimioterapia. “Fue impactante. Sin embargo, fui a una clínica de fecundación in vitro que tienen un programa para mujeres con cáncer de mama para un tratamiento de preservación de ovocitos de forma gratuita antes de comenzar la quimioterapia. Así los dejé a buen recaudo si los necesitaba en el futuro”.
Por otro lado, siempre se presentan dudas sobre la posibilidad de ser madre. “Hay poca información. El oncólogo resolvió mis dudas y me animó a quedarme embarazada, ya que la lactancia es buena, porque evita que vuelva a aparecer. Si todo el proceso iba bien, a los dos años de iniciar el tratamiento hormonal me dejaba parar para quedarme embarazada. En mi caso, vi la luz, una esperanza, no me centraba en mi cáncer, sino que más adelante podría continuar con mi vida y ser madre. Así fue. Cuando se cumplieron los dos años, me planté en la consulta, me hizo una revisión completa que salió bien y paramos el tratamiento. Me quedé embarazada en agosto de 2020. Fue una gestación perfecta y maravillosa, y el pasado 29 de abril nació mi pequeño Rodrigo. Todo ha salido bien, le estoy dando el pecho solo con una mama. El niño está precioso y sanísimo, y tanto mi esposo Carlos como yo estamos superfelices, todo ha sido un sueño”, explicó.
Alejandra Luis tuvo que superar temores, ya que “todo el proceso genera mucho miedo. El primero fue el tomar la decisión de ser madre. Pensaba que la podía liar, que dejando el tratamiento podía poner en riesgo mi salud. El oncólogo me tranquilizó y me dijo que tenía una base científica y, si no lo viera seguro, no me dejaría. El segundo miedo en mi interior es que el bebé fuera niña, pues no quería que pasara por lo mismo”. Asimismo, indica que “hay que tirar para adelante. Tuve que quitarme los miedos y afrontar un cáncer de mama, pero tiene solución. Yo tengo la prueba de que hay vida después del cáncer de mama y es mi recién nacido”.
Cuestionada sobre el apoyo de su esposo Carlos y la familia, Alejandra reconoció que “ha sido un gran apoyo para mí. Me ha acompañado todos los días a las pruebas, tratamientos, y las decisiones las hemos tomado de forma conjunta. Él tenía muchas ganas de ser padre, pero dudaba por si afectaba a mi salud. Sin embargo, ahora estamos muy felices con Rodrigo, no nos lo creemos. Es duro también para él afrontar este proceso, con 31 años le diagnosticaron a su mujer un cáncer, con un año de casados y pensando en tener una familia”, recordó.
Mientras siga dando el pecho, su cáncer no tiene porqué desarrollarse. “En la última revisión trimestral el oncólogo me dijo que todo iba bien, incluso podría tener otro bebé, obviamente no debo esperar mucho. Estamos disfrutando el ahora, tenemos abierta esta posibilidad y no la descartamos”, finalizó ilusionada.
Se realizaron 62.778 mamografías que detectaron 381 tumores en 2020
La Consejería de Sanidad recuerda la importancia de las revisiones periódicas para mejorar la detección precoz y las tasas de supervivencia. A través del Programa de Diagnóstico Precoz del Cáncer de Mama, que está dirigido a 305.480 mujeres de entre 50 y 69 años de edad que viven en las Islas, de las que la participación se sitúa en torno al 71% de las mujeres citadas, se realizaron durante 2020 un total de 62.778 mamografías. Del total de exploraciones realizadas, 2.863 pacientes fueron derivadas a centros hospitalarios para continuar su estudio, que dio como resultado 381 cánceres detectados.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte tumoral en la mujer. Su pronóstico depende principalmente de la extensión de la enfermedad en el momento de la detección, por lo que realizar un diagnóstico precoz es una de las vías para mejorar las posibilidades de curación. Se reduce la mortalidad un 30% si se coge a tiempo.