La investigación gira en torno a Tomás Antonio Gimeno, este joven es un tinerfeño de 37 años conocido particularmente en la capital de la Isla cuyo rostro es ahora asociado con el presunto secuestro de sus propias hijas (Anna y Olivia, de uno y seis años, respectivamente). Desde el sábado, Tomás adquirió la condición de fugitivo internacional al cursarse una orden de busca y captura desde el Juzgado de Instrucción Número Tres de Güímar, cuyo titular comanda la investigación judicial.
Este joven está muy relacionado en la Isla, tanto por su ascendencia como por su plena adaptación a la sociedad insular, Tomás proviene de una familia acomodada cursó, estudios de Turismo y Administración de Empresas, si bien su trabajo consistía hasta ahora en los negocios familiares, que incluyen la gestión de varias fincas. Una de ellas, una explotación platanera en Guaza (Arona), ya ha sido inspeccionada por la Guardia Civil, así como su propia vivienda particular, sita en Igueste de Candelaria e igualmente registrada por los investigadores
Amante incondicional de los deportes del motor y del pádel (deporte que enseñó a niños durante años), por lo general mostraba un carácter alegre y desprendido, aunque le constan antecedentes policiales por amenazas y alguna pelea, aparte de un buen número de multas de tráfico impagadas
Durante su trayectoria vital, Tomy (como es conocido por sus allegados) pasó varias etapas en otros países, pero también en La Palma, lo que ha obligado a la Guardia Civil ha ampliar la búsqueda a dicha Isla. Conoció a la madre de sus hijas desde la infancia, y sufrieron la pérdida de una niña antes de nacer Anna, la pequeña.
Rota la relación sentimental, ella estaba rehaciendo su vida. Y él, a su vez, tendría pareja.