Entre las vacunas que está realizando el CSIC, se encuentran una que será intranasal, autoamplificable y generará inmunidad esterilizante, con lo cual no solo reducirá los efectos de la enfermedad si no que también frenará la infección y la transmisión del virus.
Según Enjuanes, el virólogo líder del desarrollo del prototipo de la vacuna intranasal, La vacuna intranasal en fase de desarrollo es original y diferente a muchas de las que ya están disponibles en el mercado, tal y como ha indicado Enjuanes, quien sostiene que «no se ha hecho ninguna de este tipo» hasta la fecha. Está basada en la manipulación genética del propio SARS-CoV-2, del que se ha derivado un replicón de ARN que multiplica la dosis génica que desencadena la protección.
Uno de los grandes obstáculos de esta vacuna es conseguir tecnologías complementarias para la administración de la vacuna. Actualmente se conocen tecnologías de este tipo y ya hay varios prototipos pero aún no están aprobadas con lo cual están a la espera de la aprobación de parte de las agencias de control para consolidar su seguridad. De aquí al verano el equipo encargado comenzará a llevar a cabo ensayos con ratones y hámsters.
Monodosis y administración intranasal
La vacuna se administraría con una sola dosis y de forma intranasal, pero no es la más adecuada ni la preferida de las agencias de control de medicamentos porque induce una inmunidad general en todo el organismo, sistémica, y menos fuerte en las mucosas.
Amplificable: inmuidad más potente
Otra característica relevante de esta vacuna es que sería amplificable, es decir, que con el propio motor del virus amplificaría varios de sus genes.
Inmunidad prolongada
Al basarse en un ARN autorreplicante, según el experto, induce una inmunidad no solo de alto nivel, también de larga duración, puede ser de uno, dos o como máximo tres años.