Aforo limitado al 50%, mesas de cuatro personas como máximo, y en algunos casos separadas por mamparas, utensilios de plástico y cartas ‘online’ serán algunas de las nuevas medidas.
Tomar una copa en una terraza, un café en una cafetería o simplemente comer en un restaurante seguirá siendo posible cuando acabe el confinamiento, pero no como antes. Habrá que asumir algunos cambios y hábitos a los que los empresarios y clientes nos tendremos que ir acostumbrando. Los hoteleros ya anunciaron ayer que exigirán test rápidos a todos aquellos pasajeros que tengan previsto viajar a las Islas, con el fin de identificar a posibles positivos, así como que los viajeros puedan demostrar con un documento oficial que están libres de Covid-19.
Para mayor garantía, los hoteleros también proponen que residentes y turistas puedan contar con aplicaciones en los teléfonos móviles (app) que permitan realizar de forma rápida y eficaz la trazabilidad de sus movimientos y conocer en todo momento con qué personas han estado en contacto. Esta es una situación a la que nos tendremos que ir acostumbrando cuando viajemos a partir del fin del estado del alarma.
Pero, ¿qué medidas deberán tener en cuenta los restaurantes, bares y locales de ocio cuando se autorice la apertura de estos establecimientos? Aunque en España aún no existe una normativa al respecto, los hosteleros ya se están fijando en lo que está sucediendo en China, donde sí hay una serie de normas imprescindibles a la hora de volver abrir los locales de restauración. Estas normas pasan, sobre todo, por implantar medidas sanitarias para evitar el contagio entre los clientes y el personal de los diferentes establecimientos.
Por lo pronto, nos tendremos que acostumbrar a la toma de temperatura corporal, que además deberá identificarse a través de una aplicación móvil con su historial médico. En cuanto al personal de la hostelería, los empleados de los bares, restaurantes y cafeterías deben someterse a un examen exhaustivo de temperatura y al test de la Covid-19 antes de empezar a trabajar.
La desinfección de manos pasará a ser una rutina en esta nueva sociedad frente al coronavirus y veremos más dispensadores automáticos de alcohol en gel colgados de la pared.
Evitar las aglomeraciones será una de las premisas clave del Gobierno para evitar el contagio entre grupos de personas. Por ello, el aforo de los bares y restaurantes se verá reducido al 50% y no se permiten reuniones o eventos de más de 50 personas, excepto en algunas localizaciones y previa autorización de las autoridades gubernamentales. Además, el distanciamiento social se impone, por lo que la hostelería deberá organizar sus reservas en horarios escalonados, evitando que los clientes se agolpen y superen el aforo permitido del 50%.
Pero, quizás una de las medidas a las que nos costará más acostumbrarnos es a la de que no se permitirán las reservas de más de cuatro personas, y algunos establecimientos estarán obligados a poner mamparas y pantallas transparentes entre cliente y cliente. Lo que no está muy claro es el distanciamiento de un metro, difícil de implantarlo en un restaurante, ya que las mesas deberían ser mucho más grandes y el espacio de muchos bares, si se respeta la distancia de 1 metro, no permitirá sino dos o tres personas.
En algunos casos, habrá que utilizar utensilios de usar y tirar y, en caso contrario, el empresario tendrá que desinfectar mesa y sillas cuando los clientes se vayan. La asistencia tendrá que ser con reserva, el pago con tarjeta y muchos ya están implementado la carta en versión online para que cuando el cliente se siente en la mesa ya sepa lo que va a pedir y así evitar las cartas. El cliente deberá escanear un código QR que está sobre la mesa o navegar por Internet en la página web del restaurante para conocer la carta y luego pedir la comanda.