El Sindicato de Enfermería Satse denunció que el afán cortoplacista por ahorrar dinero ha vuelto a llevar a los distintos servicios de salud regionales a cerrar, al menos, 13.000 camas durante este verano, lo que afectará negativamente a la seguridad y salud de los ciudadanos, así como de las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas. En Canarias, cerrarán en torno a 200 plazas. Por ejemplo, el HUC tiene previsto realizar obras de mejora en dos unidades de hospitalización, una con 29 plazas y la otra con 31 camas.
Satse critica que las distintas administraciones sanitarias públicas utilicen todos los años como “chivo expiatorio” el argumento de que “la gente se va de vacaciones” para cerrar camas y servicios, además de no suplir adecuadamente a las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas en los centros, lo que conlleva un menor número de ellos para atender adecuadamente a los pacientes y ciudadanos.
En este sentido, la organización sindical lamenta que, en lugar de aprovecharse el verano para seguir trabajando en la reducción de las listas de espera, estas se incrementan aún más al paralizarse las consultas externas, las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas no urgentes. “Seguir afirmando que no cierran camas, sino que adecuan la oferta asistencial a la demanda o simplemente decir que no están cerradas sino en reserva es un insulto a la inteligencia de cualquiera. Se trata, ni más ni menos, de ahorrar dinero a costa de la atención sanitaria que se presta”, apuntó el sindicato.
Otra consecuencia negativa del cierre de camas es la masificación de pacientes en los servicios de Urgencias, obligando a los profesionales sanitarios a atenderlos, en muchas ocasiones, en zonas no habilitadas para ello, como los pasillos. También aumenta el índice de enfermos que no son atendidos en la unidad correspondiente a su patología, lo que deteriora la calidad de la asistencia recibida.
Por otro lado, SATSE recalca que estos profesionales también se ven perjudicados por los recortes de verano, al no sustituirse convenientemente a los profesionales que se van de vacaciones y tener, por tanto, que trabajar con una mayor sobrecarga. La situación varía, pero los porcentajes de contratación de suplencias en muchos centros sanitarios no llegan ni al 50%.
Las 13.000 camas en todo el Estado son una cifra de “mínimos”, ya que determinadas gerencias se han negado a ofrecer los datos de algunos centros hospitalarios para “ocultar su intencionalidad obsesiva con ahorrar a costa de los pacientes y ciudadanos”. En concreto, en Andalucía el cierre de camas se estima en más de 1.800; en Extremadura, unas 370; en Asturias, más de 360; en Baleares, más de 120; en Euskadi, más de 730; en Castilla-La Mancha, unas 500; en Murcia son más de 350 camas; en Madrid, más de 1.400, y en Castilla y León, más de 450 plazas. Por su parte, en Canarias son unas 200; en La Rioja, son cerca de 50 las camas cerradas; en Navarra, más de 170; en Cantabria, más de 30; en Galicia, unas 900; en Aragón, alrededor de 500; en Cataluña, unas 1.900, y en la Comunidad Valenciana, sobre 3.000.
Los recortes de verano también afectan a los centros de Atención Primaria y los CAE, ya que un alto porcentaje de ellos cierran sus puertas por las tardes, lo que supone un nuevo obstáculo para que el ciudadano reciba atención cuando lo necesite, concluyen desde Satse.