La mala evolución de la pandemia, con nuevos brotes en varias Comunidades Autónomas, ha trastocado los planes del Gobierno de Pedro Sánchez, que no preveía una segunda ola hasta bien entrado el otoño. Con los datos en la mano, ahora Moncloa ya no descarta ningún escenario, incluso la aplicación del Estado de Alarma que garantice el confinamiento perimetral de España.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL temen que esta semana los datos de Madrid empeoren, pero son prudentes a la hora de valorar esta drástica medida porque saben que cualquier toma de control del Ejecutivo central sobre las autonomías tendrá implicaciones políticas que pueden eclipsar las razones sanitarias.
Si el contencioso entre Sánchez y la Comunidad de Madrid se ha recrudecido con las restricciones a la movilidad impuestas por Sánchez, otras regiones, como Cataluña, podrían de nuevo mostrar su oposición a cualquier medida que signifique centralizar competencias. Y a nadie escapa que el caso en cuestión podría afectar a la mayoría parlamentaria con la que se asienta el Gobierno de coalición.
No obstante, los datos muestran una tendencia preocupante. En las últimas 24 horas han sido Cataluña (2.426 nuevos infectados y 16 muertos) y Andalucía (1.138 contagios y cuatro fallecidos) quienes han notificado las mayores incidencias del virus. Aunque Madrid sigue encabezando la lista de contagios, decesos y saturación hospitalaria.
Y el Gobierno de coalición tiene claro que si los contagios siguen aumentando deberán tomar decisiones que pongan el acento en la cuestión sanitaria y no en los equilibrios o servidumbres políticas. En este sentido, el Gobierno considera que el Estado de Alarma es la única «herramienta» que permitirá aplicar confinamientos perimetrales.
Además, aunque la Comunidad de Madrid sea la más afectada por el virus, las idiosincrasias del país -consideran los expertos epidemiólogos- les hacen creer que el cierre solo de Madrid puede ser poco efectivo para controlar la pandemia.